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Morelia, Michoacán.- Ante la lucha que han sostenido la plataforma Netflix y el Festival de Cannes sobre los derechos de distribución de las películas, habrá un momento de conciliación, pues las salas de cine brindan esa experiencia fílmica única y las plataformas no son una moda, sino la tendencia seguir en los próximos años; cuando se encuentre el equilibrio, ambos mercados generarán “harta lana”, consideró el director mexicano Alfonso Cuarón.

El director de Roma, cinta coproducida por Netflix, es uno de los invitados especiales del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), y en su seno sostuvo un intercambio de ideas, en el que el artista mexicano abordó el tema que ha estado en boga desde que el Festival de Cannes decidió sacar de competencia a las películas que estuvieran producidas por Netflix, bajo el argumento de que no se exhibirán en salas de cine.

“Es un conflicto entre esas dos tendencias de mercado y es inevitable que no haya una reconciliación; si no se hacen conscientes de ello, la historia las va a revolcar.

“Las plataformas no son moda, sino la tendencia a seguir en las próximas décadas, pero también deben aceptar que la experiencia óptima de ver una película se gesta en las salas. Los dos deben aceptarse mutuamente para dar una opción al público”, explicó.

En lo que ha llamado como “un momento histórico” de la cinematografía mundial, que se delimita por las dos inercias comerciales (Netflix y festivales de cine), Alfonso Cuarón recalcó que la industria cinematográfica derivada de las salas de cine se ha obsesionado con la taquilla.

“Es perverso que las nuevas generaciones no dejen de hablar de la taquilla; eso es para los banqueros, porque en realidad los grandes números de una película no la hacen buena. Hay cintas con grandes números que son una basura y películas con números pequeños son unas joyas”, añadió.

En el caso de las plataformas digitales, Alfonso Cuarón consideró que son la nueva etapa y la nueva costumbre de exhibición cinematográfica y, como tal, está dirigida a un público que quizás no tiene el tiempo de asistir a una sala de cine o que en su localidad no existen los complejos de exhibición.

El director mexicano cerró el tema al señalar que Roma cayó en ese “sándwich” de industrias, y gracias al apoyo de los críticos se ha convertido en una herramienta de conciliación.

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