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Morelia, Michoacán.- El Nuevo Sistema de Justicia Penal es mucho más democrático y adaptado al México de hoy que el sistema inquisitorial, que tenía problemas, pues prácticamente la persona sometida a proceso no veía al juez nunca y las valoraciones de la prueba eran la flagrancia y la autoconfesión, aseguró Francisco Javier Ezquiaga Ganuzas, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad del País Vasco.

El investigador destacó que México requiere construir su propio modelo de justicia, debido a que uno de los lastres que tiene el juez es el excesivo formalismo.

“Anteriormente el juez estaba atado a la jurisprudencia, con lo que no se siente libre y de repente le dan una serie de herramientas como los Derechos Humanos. Tiene que ser un juez consciente del poder que tiene, de que la justicia no es una y no hay una única solución jurídicamente correcta para cada persona”, consideró.

Del 3 al 6 se septiembre se realizará el taller “Motivación de la decisión judicial, claridad y simplificación de la sentencia”; el 6 de septiembre estará en Uruapan en la Casa de la Cultura Jurídica y en Zamora el 7 en el auditorio del Colegio de Michoacán, con la conferencia magistral Modelos de juez y derecho de acceso a la justicia.

“Precisamente abordaremos el tema de cuestionar el modelo de sentencia actual en México. No tiene sentido que por una sentencia menor se ocupen 300 páginas porque se reproducen todos los escritos de antecedentes en un lenguaje barroco, y una de las consecuencias de la nueva jurisprudencia es hacer sentencias más claras”, recalcó.

Respecto a la transparencia en la actuación, el especialista puntualizó que los jueces y magistrados requieren tener una independencia para actuar, donde no se tenga que agradar a quien contrata, lo que no es fácil de lograr en ningún país.

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