Ciudad de México.- Dos de las seis refinerías que controla Petróleos Mexicanos (Pemex) operan en niveles críticos y así las va a tomar la próxima administración.

El virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, reconoce que la producción del petróleo cae y para resarcir el problema se requiere atenderlo, por lo que tiene el plan de modernizar las seis refinerías del país y construir otras dos.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Hidrocarburos, los complejos de Madero y Minatitlán operan a muy baja capacidad de uso, y es débil su aportación para cubrir la demanda de gasolinas en el caso de la Magna y nula en la Premium.

En ambos casos el futuro gobierno federal deberá trabajar desde cero, en opinión de expertos.

Además, estos complejos están en fase de mantenimiento integral para continuar su capacidad de producción desde 2013 y parte de 2014, pero los trabajos llevan un avance de 31.7% y 34.6%, respectivamente.

Los programas de mantenimiento integral de las dos refinerías tienen un costo de 15 mil millones de pesos, una parte de la cual va a tener que absorber la próxima administración, explicaron analistas del sector.

El calendario de recursos fiscales detalla que para 2019 tienen que desembolsarse 2 mil 12 millones de pesos para cumplir con el programa en el caso de la refinería de Madero y 2 mil 13 millones para Minatitlán, compromiso financiero que le corresponderá asumir al nuevo gobierno, agregaron.

Ramses Pech, de la firma Caraiva y Asociados, y George Baker, consultor de Mexico Energy Intelligence, con sede en Houston, Texas, coincidieron en que las refinerías que opera Pemex trabajan a muy baja capacidad, en función de que “no hay materia prima —petróleo crudo— suficiente para alimentarlas”.

Indicaron que se les está “ahorcando” deliberadamente, toda vez que las autoridades del sector energético han decidido enviar a los mercados de exportación el mayor volumen de producción de aceite que destinarlo al Sistema Nacional de Refinación.

“Buscan aprovechar el crecimiento de precios de la mezcla mexicana, aunque sacrifiquen la refinación interna”, señaló Pech Razo.

Tan es así, explicó Baker, que en lo que va del año se enviaron a las refinerías apenas 640.6 mil barriles por día y se exportaron un millón 247 mil barriles, “casi dos veces lo que se procesa en el país”.

De hecho, la capacidad de uso en planta promedio de Madero y Minatitlán apenas llegó a 17% en mayo de este año, de acuerdo con información de la CNH.

El complejo Madero está enviando al mercado apenas dos de cada 100 litros de gasolinas Magna que consume el mercado, puesto que produce 14 mil 113 barriles diarios de este tipo de combustible, cuando la demanda nacional llega a 677 mil 883 barriles diarios.

Minatitlán aporta tres de cada 100 litros, con producción a mayo, de 20 mil 842 barriles diarios. Ninguna aporta un solo litro de Premium.

Ambos analistas señalaron que esa estrategia no es sostenible, porque la nueva administración requiere de más materia prima para reactivar las refinerías y para disponer de aceite para la nueva refinería.

“Le dejan al gobierno del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, la decisión de seguir exportando a los niveles actuales o reducir esas ventas para destinar más petróleo a las refinerías, porque las expectativas de nuevos barriles que hagan repuntar la producción va a tardar más”, indicó Baker.

Pech dijo que con la fijación del precio de la mezcla para efectos presupuestales de 2019, “que podría andar en 68 dólares por barril”, el nuevo gobierno puede liberar recursos para mantenimiento de las refinerías.

 

Con información de: El Universal

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