Morelia, Michoacán.- El Congreso de Michoacán se encuentra buscando una salida para la crisis financiera que la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) vive cada año, ante la cual la solución de los profesores y trabajadores viene siendo dejar de trabajar prácticamente la mitad del año, reclamando que se les pague unos honorarios y beneficios que al final siempre reciben, pero los alumnos no.
El año pasado los profesores de la Casa de Hidalgo afiliados al Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM) realizaron un paro de brazos caídos interminable, que no decidieron levantar hasta que se les pagara el último peso adeudado a la fecha, aunque se les fueran liquidando quincenas atrasadas, en una situación en la que en realidad durante la crisis sólo se les atrasó una quincena a la vez.
A pesar de los permanentes llamados del rector a solidarizarse con los alumnos, los docentes prefirieron defender sus bolsillos ante todo y no fue hasta después de tres meses, iniciando febrero de 2018, que se presentaron a trabajar otra vez, habiendo firmado el acuerdo con el Consejo Universitario de recuperar las clases perdidas. Sin embargo, no fue así, pues algunos profesores decidieron evaluar a sus alumnos y decirles que era “su responsabilidad”, mientras otros, la gran mayoría, le pusieron una “nota única” a sus educandos, y a la semana se fueron a disfrutar de sus vacaciones con todos los bonos respectivos.
La calidad de la educación nicolaita, en estos términos, quedó completamente en entredicho.
Solución constitucional
Ante esta situación invivible (sólo para los vacacionistas profesores y empleados mejor pagados del país), el Congreso de Michoacán viene coordinando con las autoridades universitarias una modificación a la Constitución de Michoacán para que el presupuesto necesario para operar durante todo el año esté asegurado.
Sin embargo, los legisladores a cambio exigen hacer modificaciones a su reglamentación que permitan transparentar sus gastos y modificar el Sistema de Jubilaciones y Pensiones de la Universidad que, como ya todos saben, no sólo no es sustentable sino que mantiene en una especie de quiebra permanente a la casa de estudios.
Pero no todos están dispuestos a transparentar sus gastos en la Universidad Michoacana. Eduardo Tena Flores viene burlándose de la Auditoría Superior de Michoacán al no querer siquiera depurar sus nóminas para determinar qué trabajadores o jubilados viven y cuáles ya murieron. Tanto el sindicato de empleados como el SPUM reciben montos millonarios para su “operación”, los cuales no van a parar a los bolsillos de empleados y trabajadores, sino quién sabe a dónde. Y se parapetan en la “autonomía universitaria” para que ninguna entidad, ni siquiera las que le dan ese dinero que sale de los impuestos, es decir, del trabajo de los demás mexicanos, pueda pedirles ningún tipo de cuentas.
SPUM, “en defensa de los estudiantes”
A pesar del histórico actuar del Sindicato de Profesores directamente en perjuicio de los estudiantes nicolaitas, irónicamente se arroga el derecho de hablar en su nombre y ahora pretende evitar que la reforma constitucional en favor de la UMSNH se apruebe, este 9 de mayo, en el Congreso de Michoacán.
“Amenazante”, “autoritaria”, “violatoria de derechos humanos”, “privatizatoria”, son los adjetivos de siempre y que hoy una vez más el SPUM esgrime, en un comunicado, frente a la medida que, en sus palabras, busca la “desaparición” de la Universidad Michoacana.
Como siempre, la justificación a la condena de todo tipo de solución que implique a las autoridades, tanto estatales como federales, es para el SPUM la “autonomía universitaria”, sin embargo está claro que su visión de autonomía es aquella en donde los intereses de todos en la UMSNH se subordinan a los de ellos y, en pocas palabras, una “autonomía” que significa que ellos mandan.
La autonomía universitaria se ejerce, en realidad, a través de su órgano de gobierno, que es el Consejo Universitario, donde los intereses de toda la comunidad nicolaita están representados (inclusive los suyos). Sin embargo, es claro que el SPUM y, tristemente, la mayoría de profesores de la UMSNH, no están dispuestos a negociar, ni a someterse a procesos democráticos de ningún tipo, ni a hacer cualquier cosa diferente a imponer sus intereses particulares, o de grupo, por la fuerza.