Morelia, Michoacán.- La Procesión del Silencio pasó hace unos minutos a la Catedral de Morelia, donde la Virgen de los Dolores recibió el pésame del arzobispo Carlos Garfias Merlos.
El corazón de la ciudad de la cantera se paralizó, calló ante el lamento del paso funebre que anunciaba la muerte del Hijo de Dios, bajo la total penumbra que era apenas iluminada por las 5 mil velas de turistas, en esos pocos días que la ciudad queda en silencio de manera abrumadora.
Tras un trayecto de más de hora y media en la que los penitentes cargaron 14 pesadas imágenes, algunas elaboradas en el siglo XVI, los más de 2 mil participantes de la celebración religiosa arribaron a la Catedral, donde hicieron un alto para proseguir rumbo al templo de Capuchinas, que es donde tuvo su origen esta tradición en la capital michoacana.
Para la realización de este cortejo funebre se calculó que asistirían cerca de 40 mil personas, que superó los 35 mil de 2017, ya que a lo largo de su lento recorrido se fueron aglutinando los paseantes, entre turistas y habitantes de Morelia aficionados a esta tradición con las velas encendidas en un centro histórico a oscuras.
Ante una calle llena de espectadores en una procesión teñida de morado y oro en la que el silencio es el protagonista de una tradición que data de 1976 con el movimiento de imágenes y efigies en 20 cofradias religiosas, entre las que prevalecen Cristos de la época de la colonia. Las más antiguas fueron realizadas en el Siglo XVI.
El cortejo acudirá a la parte final de recorrido para hacer el homenaje al barrio de Capuchinas, donde se originó esta tradición que fue traída de España en el siglo pasado, por el presbitero Joaquín Altamirano Rodríguez.
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