Zitácuaro, Michoacán.- La primera estación en México y el mundo de biogás generado a partir del nopal se encuentra lista para comercializar ese combustible alternativo a un precio de 12 pesos por metro cúbico (equivalente a un litro), con el mismo rendimiento que la gasolina, pero 33 por ciento más barato y sin emitir contaminantes.
“El rendimiento es exactamente igual que la gasolina, porque aquí lo importante es el poder calorífico que tiene; una vez que es sometido a un proceso de limpieza y que alcanza un porcentaje de 97 por ciento de contenido de metano, está listo para ser utilizado por cualquier vehículo, de cualquier modelo. Éste es superior a la gasolina, porque es más barato y no crea gases de efecto invernadero, no contamina el medio ambiente”, destacó Miguel Aké, director técnico de Nopalimex.
La innovadora estación se encuentra al pie del “reactor” que genera ese biocombutible, ubicado en la localidad de Camémbaro, en el municipio michoacano de Zitácuaro. Para que un vehículo pueda andar con biogás, el dueño requiere realizarle una conversión en la entrada de combustible del vehículo y adaptarle un tanque, cuyo proceso puede costar entre 25 y 30 mil pesos. La presidencia municipal ya firmó una carta de intención con Nopalinamex para suministrar el biogás a la flota del ayuntamiento.
En tanto que los taxistas y transportistas de productos agropecuarios de la región también han manifestado su interés en dejar la gasolina, por lo que la empresa diseña los planes de financiamiento para que les sea más fácil migrar al biogás.
“Podríamos llegar a un arreglo con los consumidores potenciales de tal modo que se pueda financiar esa conversión y al adquirir el combustible pagar 2 pesos por cada litro que consumen”.
El inicio
En 2007, Miguel Aké Madera, ingeniero electricista egresado del IPN, arrancó el proyecto de investigación científica del nopal y su proceso anaeróbico para la generación del biogás, junto con Rogelio Sosa (quién aportó la inversión económica), un empresario de la industria del maíz y la tortilla de Zitácuaro con la urgente necesidad de abaratar su consumo de gas LP.
En 2009, iniciaron la plantación del nopal y la construcción del biodigestor, con una capacidad de carga de ocho toneladas al día que opera imitando “el estómago de una vaca”. A partir de 2010 empezó a generar 800 metros cúbicos de biogás al día y desde entonces no ha parado.
Durante sus ocho años ha logrado abastecer de manera exitosa la energía que requieren los molinos de El Manjar del Campo, que proveen masa, totopos y sopes a 25 por ciento de las tortillerías existentes en el municipio y a la par, comenzaron a suministrar el biogás a su flota de vehículos.
Aunque tienen varios años utilizándolo en sus vehículos, no contaban con el equipo adecuado. El gobierno estatal los apoyó para la instalación de un compresor al que le tomaba una hora suministrar 10 metros cúbicos del biogás; al comprobar la viabilidad de utilizar este combustible verde, Sosa invirtió 2.5 millones de pesos en el nuevo compresor —inaugurado el 19 de marzo—, que le permite suministrar 50 metros cúbicos de biogás en una hora, “el tiempo que una bomba tarda en cargar gasolina”, señaló.
“Inicialmente nosotros nada más queríamos producir nuestro gas, para nuestros molinos, nos dimos cuenta de que íbamos iniciando una etapa que tiene muchas bondades y entonces empezamos a investigar cómo limpiar el biogás, como ponérselo a los vehículos y sin querer lo convertimos esto en un centro de investigación, las expectativas nos rebasaron completamente”, celebró Sosa.
Sin embargo, destacó que ha sido un camino difícil, pues aunque recibió pequeños apoyos, él mismo ha tenido que financiar 34 millones de pesos a lo largo de 11 años para que el proyecto siga avanzando, pues “es muy difícil abrirse camino en las energías renovables aquí en México”.
El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) otorgó en abril de 2016, el título de patente a Rogelio Sosa y Miguel Aké por su “Proceso y equipo para la obtención de biogás a partir de cactáceas por medio de digestión anaeróbica”.
El proceso suena sencillo, la materia prima es el nopal que cultivan en ocho hectáreas. Se muele hasta quedar como un licuado al que le llaman biomasa; se ingresa al reactor o al biodigestor donde se realiza el proceso de descomposición que genera gas metano a un porcentaje de 65 por ciento, por lo que se le hace un proceso de limpieza, es decir, “le quitamos el dióxido de carbono y el ácido sulfhídrico, para dejar el metano hasta 96 por ciento. Luego tenemos un gas con suficiente poder calorífico para mover un automóvil”, detalló José Antonio Cambrón Tello, director operativo de Nopalimex.
“Desde 80 he pasado por el estudio y análisis de las diversas biomasas desde la yuca, la jatropha, el maíz, la caña, la cebada; sin embargo, la planta más idónea para la generación de energía es el nopal, por sus condiciones, no re requiere grandes cantidades de agua como las otras biomasas, se adapta a las regiones áridas, secas o frías”, resaltó Miguel Aké.