Ciudad de México.- La participación femenina en la administración pública, los cargos de representación popular y los distintos poderes en México, aún luce limitada a pesar de varios años consecutivos de cambios legislativos que buscan incentivarla.
Tonantzin Cárdenas casi pierde la oportunidad de participar en unas elecciones por ser mujer. La joven de 24 años no podía presentarse como suplente de la candidatura del independiente Roberto Castillo para el Congreso de la Ciudad de México. La ley electoral obliga a los aspirantes a ser del mismo género, descartando las fórmulas como en la que ella participa. La legislación que fue diseñada para evitar que los hombres reemplazaran a las mujeres en los congresos, estaba dejándola fuera por su género. Tras apelar la decisión en el Tribunal Electoral, Cárdenas ha conseguido ser una excepción y participará en los comicios del próximo 1 de julio. Este y otro tipo de restricciones han impedido que la representación política de las mujeres se acerque al 50% en México.
El Congreso mexicano muestra un abanico en el que las mujeres todavía tienen una participación limitada. La Cámara de Diputados, que emplea a 500 legisladores, cuenta con 159 diputadas, el 31,8%. Mientras que el Senado, que cuenta con 128 miembros, solo tiene a 51 mujeres entre sus legisladores, un 39,8%. A pesar de que el Senado es una de las entidades públicas donde las mujeres han conseguido mayor representación, su papel en los asuntos legislativos tiende a ser menor: de las 64 comisiones encargadas de revisar todos los asuntos del país, nada más 19 tienen como presidente a una mujer. Además, las mesas directivas legislativas están presididas también por hombres.
Las leyes electorales han sido modificadas en los últimos años para conseguir que los partidos políticos incluyan a más mujeres en sus listas, pero esto no ha garantizado su participación una vez que consiguen cargos públicos. “Puede haber paridad en los cargos pero las mujeres no tienen necesariamente 50% del poder dentro de los partidos, no tienen ni siquiera en los mejores casos el nivel de influencia que los hombres tienen”, señala Ximena Andión, directora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.
La profesora Gabriela González Pita buscaba una candidatura en el municipio de Acayucan (Estado de Veracruz) pero su partido argumentó que no tenía dinero para respaldarla, aunque otros aspirantes hombres sí consiguieron el apoyo. Esa fue una de las formas en la que fue discriminada, sin embargo, a las mujeres en México se les impide trabajar en política a través de presiones que pueden involucrar violencia política (agresiones que las dañan como figuras públicas), dobles cargas de trabajo que les impiden conciliar su trabajo público con sus actividades en casa, e incluso acoso sexual.