Foto: ACG

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Morelia, Michoacán.- En medio de la crisis de diversos órdenes que enfrenta la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), que hoy cumple 80 días de parálisis académica y administrativa, nadie explica ni da certezas a los más de 55 mil estudiantes que están en inminente riesgo de perder el semestre.

Y es que ni los sindicatos paristas ni la autoridad nicolaita ni los estudiantes que representan al alumnado ante el Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno de la centenaria universidad, saben cómo podría recuperarse el tiempo perdido con otro semestre ya encima, y lo más grave, sin clases.

La UMSNH está paralizada desde el 31 de octubre de 2017. Se retrasaron los pagos a catedráticos y empleados, y ello detonó la suspensión de labores. A partir de esa fecha la historia se ha repetido hasta hoy: protestas sistemáticas en las calles de los sindicalizados, manifestaciones de los estudiantes pidiendo clases y declaraciones desde la Rectoría de que la Universidad está prácticamente en quiebra.

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En la Casa de Hidalgo se vive un ambiente confrontado entre sindicalizados y la autoridad. De ida: protestas sindicales y reclamos a la Rectoría por supuesta ineficiencia para gestionar recursos que hubieran evitado la crisis de fin de año.

De vuelta: los argumentos de la autoridad nicolaita de que el problema es estructural, que para resolverlo se deben aplicar medidas drásticas, que inevitablemente tocarían el sistema de jubilaciones y pensiones, y las prestaciones no reconocidas de un número indeterminado de trabajadores cuya cifra nadie quiere revelar.

Ese ambiente enrarecido, en el que fluye poca información de cuál es realmente el camino menos escabroso para resolver el conflicto, ha abonado a que no haya certezas de cuál es el futuro del ciclo escolar o de los semestres -de más de 55 mil alumnos- que se ven tras tocados por el paro sindical.

En la emergencia económica de los académicos y empleados, pareciera que lo más importante no es el futuro de la educación de esos 55 mil estudiantes que buscan profesionalizarse, sino el pago de aguinaldos y prestaciones, que desde el mes de diciembre no se han liberado a la base trabajadora.

Está faltando una explicación pormenorizada a ese universo de estudiantes que depositaron su confianza en la Universidad Michoacana para profesionalizarse; y, más allá, a la misma sociedad michoacana. La responsabilidad recae en la máxima autoridad que es el Consejo Universitario, y en la Rectoría que es la representación legal de la UMSNH.

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Públicamente tampoco ha habido una explicación directa, sin intermediarios, de los catedráticos y de los empleados administrativos, de porqué el paro está por llegar al día 81 sin certezas de que haya solución.

Alumnos que representan al alumnado ante el Consejo Universitario, en breve reunión con medios el lunes 15 de enero, leyeron un posicionamiento y contestaron “por encimita” los cuestionamientos de los reporteros; no supieron explicar que se requieren de 60 a 90 días sin clases para perder el semestre. A la fecha suman 80 días de parálisis universitaria.

Los 80 días acumulados incluyen puentes, periodo vacacional, fines de semana y días festivos, pero sin contarlos, son cerca de 38 días de inactividad. Sumando todos, se acerca potencialmente la fecha fatal para perder el último semestre.

Ese día se cuestionó a los alumnos consejeros si ya tenían propuestas para recuperar el tiempo perdido. Contestaron que no ha habido condiciones para celebrarse una sesión, de manera que su única “opción” es que lleguen a un acuerdo alumnos y profesores para construir un calendario extraordinario que permita recuperar lo más días posibles perdidos. Bajo ese escenario de indefiniciones para concretar un plan emergente, ningún esfuerzo solventa cabalmente las horas clase que no se impartieron en el aula.

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