Ciudad de México.- La exposición de realidad virtual Carne y Arena, del mexicano Alejandro González Iñárritu, es la exhibición pública más costosa de los últimos años.
Montar en México la instalación que ha valido al cineasta obtener un Oscar especial, representó para la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Gobierno de la Ciudad de México, un gasto de 28 millones 527 mil 677 pesos, informó Excélsior.
El costo de la exhibición que se presenta en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) supera cualquier otra exposición dedicada a la obra de un sólo autor, montada en un espacio público mexicano, incluida la muestra del artista indobritánico Anish Kapoor, o las exhibiciones de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, instaladas en el Palacio de Bellas Artes o la de la japonesa Yayoi Kusama, exhibida en el Museo Tamayo.
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Cuando González Iñárritu declaró en septiembre pasado en una entrevista con Grupo Imagen: “esto es una expresión artística, punto. No se vende, no es para ganar dinero vaya, nunca se dio así, es una expresión artística”, no era del todo franco: de acuerdo con información pública entregada por la máxima casa de estudios a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, el director de Amores perros cobró un millón de dólares sólo por la licencia de exhibición de Carne y Arena, es decir, unos 18 millones 870 mil pesos, de acuerdo con la cotización promedio del dólar en 2017.
El pago de la licencia de la exhibición, producida por Mary Parent (productora de cintas como Monster Trucks, Noah y Godzilla), fue acordado para ser finiquitado conjuntamente entre la UNAM, quien cubrirá un 25% del costo y el Gobierno de la Ciudad de México, a través del Fondo Mixto de Promoción Turística, a quien corresponde pagar el 75% de la suma, equivalente a 750 mil dólares.
Al anuncio de la exposición en México (después de haberse inaugurado en el Festival de Cannes) el 12 de septiembre del año pasado, asistió el rector de la UNAM, Enrique Graue y el jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera. Éste último, de acuerdo con el mismo Iñárritu, pudo conocer el proyecto mucho antes de que quedara listo cuando lo visitó en una bodega de Los Ángeles, donde trabajó durante un año afinando detalles de su instalación.
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Y fue precisamente la instalación de la obra, a la que se accede de manera individual, la que elevó el costo de la exhibición. Al millón de dólares pagado a González Iñárritu por su pieza, se suma otro medio millón de dólares (unos nueve millones y medio de pesos) para los gastos de construcción, operación, administración, boletería, transporte, embalaje, aduanas, seguridad, mercadeo y promoción. El pago de esa suma, correspondió totalmente a la UNAM.
Una parte de esos 500 mil dólares fueron para el director de arte Nicolas Scabini, quien es el “único proveedor autorizado por el autor” y quien se encargó de la construcción, diseño y dirección de arte de la instalación. Hasta noviembre del año pasado, la UNAM había derogado tres millones 413 mil pesos por ese concepto, de los cuales, 413 mil 793 pesos fueron pagados por la Coordinación de Difusión Cultural (que encabeza Jorge Volpi), a través del CCUT, mientras que el resto se pagó desde la Dirección General de Obras de la misma institución educativa.
Otros gastos que ha generado la exposición se refieren a 145 mil pesos que se han utilizado para el pago de diferentes elementos promocionales, incluido el desarrollo y hospedaje del sitio web oficial (106 mil 952 pesos) y 72 mil 975 pesos por el gasto que representa el tiempo extraordinario de los trabajadores que operan la muestra.
La más cara
Los 28 millones 527 mil pesos que costó la exposición Carne y Arena es superior a cualquier otra exhibición que se haya presentado en México en los últimos años. Su costo supera incluso el gasto en conjunto que se realizó por cuatro exposiciones, altamente publicitadas: la de Anish Kapoor, presentada en 2016 en el MUAC con un costo de cinco millones 132 mil pesos; la de Yayoi Kusama, presentada entre septiembre de 2014 y enero de 2015 en el Museo Tamayo con una inversión de seis millones 485 mil pesos.
Para alcanzar el costo de la exposición de González Iñárritu también habría que sumar las exposiciones dedicadas a Miguel Ángel y a Leonardo da Vinci, que se exhibieron en el Palacio de Bellas Artes en 2015, la primera tuvo un costo de 11 millones 688 mil pesos, mientras que la dedicada al renacentista, representó el pago de cinco millones 26 mil pesos. Las cuatro exposiciones en conjunto costaron a los mexicanos 28 millones 331 mil pesos, todavía unos cuantos pesos menos que la sola instalación del director de Birdman.
Pero la exploración sensorial que plantea González Iñárritu superó el costo de otras exposiciones, como la que Daniel Buren montó en el Hospicio Cabañas de Guadalajara, con un costo de ocho millones de pesos o la exposición colectiva Los modernos, exhibida en el Museo Nacional de Arte (Munal) y traída desde el Musée des Beaux-Arts de Lyon, Francia, que tuvo una inversión de nueve millones de pesos.
Carne y Arena ha sido realizada conjuntamente con Emmanuel Lubezki y se trata de una experiencia de realidad virtual que recrea el tránsito de los migrantes hacia Estados Unidos. Para ingresar se requiere adquirir un boleto vía electrónica y de manera anticipada; el costo es de 300 pesos y sólo puede ingresar una persona a la vez. Cada experiencia tiene una duración de entre siete y diez minutos, por lo que se estima el ingreso diario de entre 40 a 50 personas.
De acuerdo con la información entregada, los recursos que se generen en taquilla serán conservados y administrados por la UNAM, “quien así recuperará las sumas otorgadas por concepto de Tarifa de Licencia y la otorgada por concepto de Costos de Exhibición”. La instalación permanecerá abierta hasta el 15 de abril por lo que, de acuerdo con el método de acceso a la exposición, la máxima casa de estudios sólo podría recuperar tres millones 600 mil pesos.