Ciudad de México.- Grupos religiosos podrían marcar el rumbo de los comicios electorales de 2018, toda vez que diversos actores políticos han hecho referencias a asuntos vinculados con el clero, la virgen de Guadalupe e incluso han pedido a los ciudadanos “rezar” para disminuir con la violencia, por ejemplo.
Estamos ante fenómenos muy nuevos, hay una especia de fiebre religiosa por todos lados. Ochoa, el presidente del PRI, nos ha declarado guadalupanos a todos los mexicanos; Meade hablando de adviento y pidiendo a las mujeres rezar por los crímenes en el Estado de México; y AMLO convocando a encuentros ecuménicos y de diálogo entre creyentes y no creyentes. Algo está pasando en este país”, expresó el sociólogo y especialista en asuntos religiosos, Bernardo Barranco.
En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio, Barranco refirió al Partido Encuentro Social (PES) como la fuerza política “detonante” de esta situación y consideró que el Instituto Nacional Electoral (INE) cometió un “error muy grande” al aprobar la formación del partido en 2014, cuya composición son “grupos, asociaciones e iglesias de carácter evangélicos”, concretamente, grupos “neopentecostales”.
Para el experto en temas religiosos, estos grupos religiosos representados por el PES han extendido su presencia en México y se estima que reúnen entre 7 y 10 millones de personas que tienen una intensa vida en iglesias y que “votan en bloque”, a causa de seguir a un “líder absoluto” (pastor) que induce en su preferencia electoral.
Esto, para Barranco, es un indicador de que la agenda de las iglesias en México -no solo la católica, y sobre todo la pentecostal- se verán fortalecidas en la próxima contienda electoral.
Muestra de ello es la reciente alianza del PES, “tachado de ultraderecha”, con Morena, lo que provocó protestas de diversos actores políticos y sociales, como Elena Poniatowska, quien criticó a Andrés Manuel López Obrador por dicha alianza.
AMLO ha creado confusión y enojo en ciertos sectores. Este partido de carácter pentecostal (PES), estuvo el año pasado al frente de las marchas en contra de los matrimonios igualitarios. Su componente es muy conservador en temas como el papel de la mujer, la concepción, el aborto, la sexualidad. Son radicales y se unieron a la ultraderecha católica”, apuntó Barranco.
Indicó que esto hace referencia a un “cálculo pragmático” de AMLO, quien apuesta por una “masa de votantes”, pero que su naturaleza la confronta con integrantes de su “izquierda secular”.
Esto, para Barranco, representa que AMLO enfrenta una “contradicción insalvable” y consideró que el precandidato de Morena podría optar por una potencial “masa de votantes”, representados en minorías religiosas calificadas que inciden en la opinión pública.