Fotos: ACG

Morelia, Michoacán.- La cotidianidad del 80 por ciento de los mil 66 personas del Centro de Reinserción Social de Alta Seguridad para el Delito de Alto Impacto de Michoacán privadas de su libertad radica en laborar de 9 de la mañana a las 5 de la tarde en talleres de manualidades, carpintería, talabartería y elaboración de mochilas y huaraches, refirió Alfredo González Alcantar, director de la institución.

En entrevista, el funcionario expuso que el 80 por ciento de los reclusos ingresan a los talleres toda vez que es una decisión totalmente libre, “nosotros no lo obligamos a que trabajen. Les elaboramos un plan de actividades y ellos deciden a cuál área quienes acudir, se les capacita, facilitan las máquinas y comienzan a laborar”, puntualizó.

El director del centro penitenciario señaló que la producción de los bienes se vende a través de familiares y exposiciones temporales, “la mayoría de las cosas que hacen son vendidas a través de familiares, todos los que elaboran casi siempre tienen pedidos que se van a otras ciudades de Michoacán, inclusive a otros estados”, explicó.

Los reos del Centro de Reinserción Social tienen una economía interna propia, algunos venden huaraches a 200 pesos al mayoreo y llegan a producir hasta 300 pares por semana.

Al charlar con Juan Jesús Gómez, recluso coordinador del taller de mochilas escolares y huaraches, resaltó que él lleva 15 años produciendo, “hacemos desde maletas pequeñas, mochilas, equipos tácticos, y huaraches simulando tenis tejidos”, compartió.

El confinado dijo que sus productos se comercializan en Chihuahua, Mazatlán, Guadalajara y Michoacán, “aquí maquilamos todo y se van a todo el país, sacamos entre 500 y 600 mochilas a la semana y cerca de 500 pares de tenis”, añadió.

El trabajo diario les deja a los ayudantes de talleres hasta 2 mil pesos de ganancia neta a la semana, mientras que los reclusos encargados del taller, pueden ganar hasta 4 mil pesos, recursos que se destinan a apoyar a sus familias desde adentro.

“La reinserción está bien, hay personas que llegan sin saber un oficio y aquí aprenden, para tener con que sostenerse cuando logran cumplir su condena”, concluyó.

El ambiente dentro de los talleres es de cordialidad entre los presos, laboran y sonríen dentro de sus talleres, que los hace anhelar conseguir de nueva cuenta su libertad.


Discover more from Primera Plana MX

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

Deja un comentario