Cabezas y liderazgos visibles del Frente PAN-PRD-MC -incluyendo al politólogo Jorge G. Castañeda- se encresparon ayer y nos ofrecieron un buen adelanto de lo que serán las campañas por la Presidencia de la República el próximo año.
Pero de entre los ataques que se concentraron en contra del virtual candidato del PRI por su “falsa pureza” que puede ser documentada y las dudas que sigue generando la negociación final a la que lleguen los dirigentes de los partidos frentistas, destacó la participación del gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, quien desde el inigualable foro que es la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara se ocupó de exponer la trascendencia del Frente y de alertar sobre lo que se puede perder en caso de que el proyecto no cuaje.
Empezó el político michoacano por la definición: “no es una alianza de partidos lo que se está planteando; se trata de una propuesta para establecer un gobierno de coalición, que signifique un avance democrático y pacífico, involucrar a las mexicanas y a los mexicanos en la política. Eso es (verdadero) sufragio efectivo”.
Siguió Silvano en el programa de conferencias “Pensar México. Diálogos sobre los retos del próximo sexenio”, a cargo del académico y escritor José Woldenberg: el gobierno de coalición se ha planteado el objetivo de “acabar con los muros del actual régimen, que ha impedido a la ciudadanía acceder libremente a la política, a la toma de decisiones del país”.
No se trata, pues, solo de las tradicionales alianzas y/o coaliciones electorales que cada seis años hemos visto, sino de un compromiso por el cambio de régimen presidencialista que, insistió el Ejecutivo mexicano, ya se agotó y en los hechos se ha convertido en un freno, un obstáculo para superar problemas de inseguridad, pobreza, exclusión, falta de empleo y de crecimiento económico en los estados y municipios del país.
Y eso es lo que está en juego, ni más ni menos: cambió de régimen y nuevo diseño institucional a través de los acuerdos, u otro bono sexenal al caduco presidencialismo, que en las circunstanciales actuales del país -con marcado voto diferenciado desde 1997- ya no funciona ni es sinónimo de soluciones.
En estos momentos de alta tensión política por los intereses y ambiciones que pueden desmoronar lo que se ha construido desde que el Frente PAN-PRD-MC registró sus intenciones de participar juntos en el proceso electoral, vale la pena reflexionar sobre el concepto y significado del gobierno se coalición; pero sobre todo, en la conveniencia del cambio de régimen, del modelo unipersonal del presidencialismo.
La propuesta, a final de cuentas, no la ofrece ninguna otra de las alternativas que se presentarán en 2018: José Antonio Meade es la continuidad y Andrés Manuel López Obrador significaría el reforzamiento de ese modelo.
Reflexionar y recapacitar sobre sus alcances. Y ahí quedan las palabras de advertencia de Silvano, también en la FIL: “a estas alturas, hacer alguna acción que destruya al Frente, que mine al Frente, es golpear o traicionar la expectativa de millones de ciudadanos que ven una alternativa…”
Y visto así, planteado así, efectivamente sería una traición.
Aquí se queda… ¡aquí entre nos!