Todos ocupados en la suerte de José Antonio Meade como candidato presidencial del PRI, nos desentendimos un poco -o un mucho, siempre poco puede ser mucho y al revés- de lo que ocurre en las negociaciones PAN-PRD-MC para ir en coalición electoral en 2018.
En estos días, sin embargo, tres hechos ocurrieron que nos mandan serias señales que ese frente opositor ya felpó.
¿Qué negocian ahora? Tal vez ya lo único que les queda: un rompimiento sin estridencias ni golpes bajos; que no los haga perder más de lo que seguramente perderán. Un buen divorcio, pues, que al fin el amor que se juraron fue un engaño, locura pasajera. ¿O no?
Los hechos:
A Miguel Ángel Mancera se le hace tarde dejar el gobierno de Ciudad de México y quiere ser candidato presidencial sí o sí; si no es por el Frente -que no lo será-, se irá para serlo por el PRD. Su mancuerna en estas lides, la todavía dirigente perredista Alejandra Barrales, mejor le bajó ya dos rayitas al discurso aliancista: “sólo por hoy”, es lo que le garantiza de vida.
Rafael Moreno Valle desapareció de la escena pública y las versiones que se difunden sobre sus actividades, es que negocia con el Partido Nueva Alianza (Panal) la posibilidad de contender bajo estas siglas. ¿Alguien lo puede dudar? Nadie que conozca un poco de la historia del ex gobernador poblano y de quienes controlan al Panal lo podría hacer sin hacer el ridículo.
El tercero de los hechos es la decisión que tomó el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, de no poner su capital político al servicio del Frente. Negocien lo que quieran, pero no cuenten conmigo, les dijo el político tapatío a Barrales, Ricardo Anaya y Dante Delegado.
Sus razones tiene: quiere ser gobernador de Jalisco y, para cuidar la imagen que de sí ha construido, le perjudicaría presentarse ante el electorado cobijado por las siglas azules y amarillas del PAN y del PRD.
¡Sopas! Para el alfarismo resultan impresentables panistas y perredistas. ¿Y qué dice Dante de eso? Pues calla, sólo calla. ¿Por qué? Porque el MC electoralmente no es nada sin los votos del alfarismo en Jalisco.
Estos son los hechos. ¿Y dónde anda el panista Ricardo Anaya? ¿Qué dice de todo esto?
¡Ay, las ambiciones! ¿Tendrá también un rancho para refugiarse luego del primero de julio de 2018? Seguro que sí. El de AMLO se llama ‘La Chingada’.
Aquí se queda… ¡aquí entre nos!
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