Querétaro, Querétaro.- Carles Puyol (Puebla de Segur, España, 1978) sólo se rindió una vez. En el momento que la rodilla ya no lo dejó jugar más, optó por retirarse del futbol y dejar de jugar por un año. Antes de eso, fue el corazón del Barcelona que ganó tres Champions League y de la España que triunfó en el Mundial de Sudáfrica 2010. Está en México, donde se reencontró con su amigo Ronaldinho, y jugó el Partido por la Paz del mundo.
¿Se reconoce como una leyenda del Barcelona?
Es un orgullo, soy muy afortunado, porque durante muchos años hice lo que más me gusta. Encima en el equipo de mi corazón. Me quedo con el cariño de los aficionados, no sólo de Cataluña, sino del todo el mundo.
Siempre transmitió una imagen de coraje, ¿alguna vez se rindió?
No, siempre estuve de pie. Soy luchador. Sí que es verdad que cuando tuve que retirarme tuve que aceptar que no podía seguir y no sabía cómo sentirme. Luché al máximo para recuperarme de la rodilla, pero no pudo ser. Me he retirado, me di el tiempo para recuperarme y me di un descanso. Ahora puedo hacer lo que más me gusta: jugar futbol.
¿Alguna vez lloró por no poder volver a jugar futbol?
No llorar, pero sí sentí frustración. Lo que necesitaba la rodilla era el tiempo que no le di cuando era profesional, porque yo quería estar todos los días entrenando al cien por ciento. Quería estar en el futbol, en el deporte. No me puedo quejar, estuve 15 años en el Barcelona, tuve la suerte de jugar muchos partidos y de ganar muchos títulos. Todo valió la pena.
Su papá sólo fue al estadio en la final de la Champions League que ganó en París, ¿por qué?
Mi papá tenía su vida. Él lo único que quería es que yo fuese feliz. Mi papá siempre estaba en su trabajo, en La Masía, en su explotación agraria que teníamos. Sí, es verdad, la final de París (frente al Arsenal) fue un momento muy especial, era un sueño hecho realidad poder ganar la Champions League con el Barcelona, más siendo el capitán. Mi agente Ramón Sostres, mi amigo, fue quien le dijo a mi papá que a ese partido no podía faltar, por suerte estuvo, y a los pocos meses falleció.
¿Fue su mejor partido en París?
Sí, porque ése es el partido donde cumplí todos mis sueños: ganar una Champions League con el Barcelona, y es el único juego en el estuvo presente mi papá.
Ganó tres Champions y un Mundial, ¿cuál disfrutó más?
Sin duda, me quedo con la Champions de 2006; las otras dos son importantes. La Copa del Mundo, a nivel de selección, es el máximo nivel. He tenido la oportunidad de ganar grandes partidos, tener grandes momentos y de ganar títulos. Me quedo con todo el camino.
El viernes agradeció a Ronaldinho por regresarle la alegría del Barcelona en su época, ¿quién marcó más época para el club: Messi o él?
La respuesta es difícil, porque eran épocas diferentes. En 2003 llegó Ronaldinho, el club estaba en un momento difícil, mal, y él le dio la vuelta al club. Todos nos agarramos a él, a su alegría a su forma de entender el futbol, a jugar, por supuesto. La verdad es que él, juntos todo los compañeros, le dimos la vuelta, pudimos ganar Ligas y la Champions League. Luego, Messi ya viene en 2006, empezó a jugar en la temporada 2004-2005, coge un equipo que va bien y lo lleva a la excelencia. Para mí, Messi es el mejor jugador de la historia, pero escoger quién es más importante es difícil. Ronaldinho, en su momento, fue importantísimo, pero lo que pasa es Messi lleva 10 años, su era, al máximo nivel, no sólo manteniendo, sino mejorando, evolucionando. Yo me rindo a los pies de Lionel Messi.
¿Cómo lo hizo para ganarse el respeto de Ronaldinho?
No es verdad. Ronaldinho fue un compañero impresionante que siempre nos respetó a todos. Él era la estrella, el que le daba las garantías al equipo. Siempre fue amable con los jugadores, con la gente del club. Prácticamente nadie te va a hablar mal de él.
¿La final de Sudáfrica de 2010 era un cambio de mentalidad para un país?
Creo que el 2010 fue importante, pero el 2008 empieza la transformación del futbol español, con Luis Aragonés. Él nos convenció de que podíamos ser campeones, que podríamos ser grandes jugadores. Nunca conseguíamos ganar finales, ganar campeonatos. Él, desde el primer día, nos dijo que podíamos y nos convenció. Lo seguimos. Agarró una bandera y todos fuimos detrás de él. Nos llevó a ser campeones. Salió de la selección y llegó otro seleccionador, Vicente del Bosque, quien tenía la misma idea y la misma filosofía, aunque con sus matices, fue importante. El cambio fue en el 2008, cuando nos creímos que podíamos.
¿Cómo se le enseña a un país a ganar?
Hay que empezar desde la base. No siempre se puede ganar. Lo importante es darlo todo en el campo para que cuando salgas del partido no te puedas reprochar nada. Trabajar y tratar de mejorar cada día, luego con el trabajo tratar de mejorar.
¿Qué rol jugó Rafael Márquez en el Barcelona?
Fue un jugador importante. También llegó en el momento que llegó Ronaldinho. Con él me entendí a las mil maravillas en la defensa, fue una gran persona. No sé si coinciden conmigo, pero creo que es el mejor jugador en la historia de México.
¿Piqué es el capitán ideal del Barcelona?
Hay muchas clases de líderes. Piqué es un líder nato, siempre lo ha demostrado, y no hace falta llevar el brazalete, pero en el equipo hay muchos que tienen pasta para ser líder: está Iniesta, Lionel Messi, que siempre aparece en momentos complicados. No me quedaría con que Piqué es el único líder. Hay un grupo que hace que el equipo funcione.
¿Es bueno mezclar política y futbol?
No es lo mejor, es complicado. El futbol es una cosa y la política es otra.
Fuente: Excelsior