Morelia, Michoacán.- ¿Es injusto evaluar el problema de la inseguridad sólo a partir del trabajo de las procuradurías, fiscalías y corporaciones policíacas? Si no injusto, sí al menos se trata de una visión parcial.
Sobre el tema es contundente el procurador de Justicia de Michoacán, Martín Godoy Castro: “el problema no es un problema de procuradurías y de policías; es un problema social. Los policías no van a resolver los temas de las adicciones a algún tipo de droga, ni el de la desviación y desintegración social de nuestros niños, jóvenes o adultos”.
Abunda el procurador en su explicación: “los delitos son la parte final de un proceso de evolución en el ámbito social… y si pensamos únicamente en la parte final de qué estamos haciendo para combatir los delitos, ¡no se va a resolver la parte inicial!, lo que genera que la gente esté realizando este tipo de conductas” delictivas.
La entrevista que Godoy Castro concedió a primeraplananoticias.mx giró en torno a los temas de la próxima integración de la Fiscalía Estatal y el nombramiento de su titular, así como el diagnóstico que sobre la procuración de justicia en el país, presentarán conjuntamente el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, el CIDE y el Inacipe.
En el marco de la entrevista, el llamado Semáforo Delictivo dio a conocer su informe al tercer trimestre del año: 2017 será el peor en inseguridad de la historia reciente, con considerables incrementos en homicidios dolosos, extorsión y robo de vehículos, entre otros delitos.
En esta primera entrega abordaremos el segundo de los temas; mañana, la fiscalía y el nombramiento de su titular.
Respecto al informe sobre la procuración de justicia que se presentará, el titular del Ministerio Público en la entidad advierte que no se puede responsabilizar a las procuradurías de todo lo que está pasando en la sociedad.
Ahora bien, si lo haces porque lo puedes hacer (responsabilizar a las procuradurías) “a lo que tenemos que hacer referencia es que muchas de las conductas (delictivas) no se dan como un tema en donde la responsabilidad recae en la autoridad que se encarga de atender los resultados de las acciones; es decir, no le vas a reclamar al director de panteones por las personas que están llevando ahí”.
Constitucionalmente nuestra función es la de investigar y perseguir a quien delinque, pero “si la sociedad no genera delitos, los procuradores no tenemos trabajo; no puedes voltear a las procuradurías y decirles ‘oye, hay muchos delitos’, a menos que se identifique a quienes se dedican a delinquir y no hayan sido detenidos. Los procuradores somos humanos y nos dejamos llevar por las evidencias que existen cuando se cometen los hechos, de tal forma que llega un momento en que se van acotando las opciones para identificar a los responsables”. ¿Hay testigos? ‘Hay evidencias? Cada caso es diferente, subraya Godoy Castro.
-Ese tema que tiene que ver con la impunidad, ¿no los ha desbordado?
Se presume que el diagnóstico es durísimo contra las procuradurías-, se le pregunta al funcionario.
-Van a salir a decir lo que ellos estudiaron en términos de la información que tuvieron; uno valora las reflexiones, pero hay hechos (delictivos) que se generan en los que se desconoce al responsable.
Inclusive, sobre esto último, Godoy Castro adelanta que se está analizando la figura que existe en otros países y que se conoce como la del “imputado desconocido, para determinar qué tanta responsabilidad tiene el que investiga en el caso de no poder identificar a la persona que cometió un acto delictivo, si las evidencias no te dan. Esto es algo que pasa en cualquier parte: casos que no se llegan a resolver”.
– Como sociedad, ¿no somos justos en las valoraciones?-, se le inquiere.
– Nosotros escuchamos y valoramos lo que nos dicen, pero hay algunos temas para la reflexión, a dónde quieres llegar. Por ejemplo, hemos dicho que ahorita el 80 por ciento de los delitos los cometen jóvenes menores de 24 años de edad, en una correlación con las adicciones; entonces, hay algunas hipótesis: si de la sociedad no hubieran emergido esos jóvenes, ahorita tendríamos 80 por ciento menos de los delitos que ahorita estamos registrando. Esos jóvenes hace seis años no cometían delitos; entonces, la gran masa de acciones delictivas corresponden a nuevas generaciones de jóvenes que la misma sociedad está incorporando.
Añade Godoy Castro: “si ustedes dicen: ‘oye, procurador, ¿qué estás haciendo?’, respondo que estamos atendiendo el resultado, que es nuestra función, pero sí vemos que tenemos que trabajar en correlación con otras instancias para generar acciones de prevención desde el inicio de las cosas. Por ejemplo, el tema de las escuelas de tiempo completo, todo eso ayuda; el impulso al deporte, todo eso abona; que los estudiantes se dediquen más a estudiar que a otras acciones, y también va a ayudar el hecho de que los maestros hagan lo que les corresponde; que todos hagan lo que tienen que hacer va a abonar a que las cosas cambien de mejor manera”.
En el caso específico de Michoacán, el procurador observa: “Hay gente que dice que las cosas no han cambiado, pero yo no he perdido la memoria de cómo estaban las cosas cuando llegamos; estaban muy mal, incluso aquí, Morelia estaba solo, transitabas de un punto geográfico a otro y lo hacías rápido porque la gente no salía, los comercios despachaban a puerta cerrada… pero hoy por hoy, la sociedad está viviendo su ciudad y todo eso va generando diferencia”.
Sin embargo, reconoce que no se ha resuelto el problema de los jóvenes adictos, muy complejo porque surge de la convivencia: “el adicto se hace consumidor por convivencia, de tal forma que la adicción tiene mucho que ver en la composición de la sociedad para dejar de crear gente adicta, que es la que más nos está generando problemas, pues la cantidad actual de adictos nos permite casi afirmar que en cada familia hay un integrante que es adicto. Y ahí yo pregunto: ¿qué culpa tiene la autoridad encargada de investigar delitos de que un familiar sea adicto?”.
Si se reflexiona sobre esta realidad, enfatiza Godoy Castro, “te vas a dar cuenta que hay un problema que nace en la familia y que surge y tiene su reacción. Y hago alusión en el tema general de muchas conductas delictivas, que si las eliminas, pues baja el 80 por ciento de la incidencia delictiva”.
– En materia de seguridad, ¿son las adicciones el principal problema en Michoacán?
– ¡Es un enorme problema! Pero no nada más en Michoacán; es un problema que se tiene en varios estados de la República. Yo he tenido la suerte de ejercer esta labor de Ministerio Público en diferentes entidades y me encuentro con ese problema, lo que me permite afirmar que las adicciones son un problema presente en todo el país, que además genera otro problema: la proliferación de células delictivas dedicadas a la venta de narcóticos.
La escalada es fácil de explicar, difícil de combatir desde un sólo frente. Las adicciones crecen y el número de adictos también; con ellos se multiplican quienes se dedican a la venta de drogas, así como la conformación de células que se dedican al narcomenudeo; luego estas células se enfrentan entre sí por la venta y el control del mercado… generando el gravísimo problema que tenemos, detalla el procurador.
Y con ello reafirma su convicción: si no se trata de un problema de procuradurías ni de policías, tampoco es tema de reformas y más reformas.
“Es un problema de carácter social, integral… que abarca incluso el fortalecimiento de valores en las nuevas generaciones. No le veo tanta dificultad para entenderlo”, puntualiza.