Morelia, Michoacán.- An Inconvenient Sequel: Truth to Power, la segunda parte del documental sobre las actividades de Al Gore (An Inconvenient Truth, estrenado en 2006) conserva las mismas características de su antecesora: el tono grandilocuente, el manejo preciso de las emociones para enganchar al espectador, el tono de cruzada épica en la cual unos pocos líderes buenos desean salvar al mundo de la maldad humana.
Y eso, cuando se aborda un tema como el calentamiento global, no necesariamente es malo.
Los 100 minutos que dura el documental, centrado –al igual que su oscarizada antecesora– en las gestiones del político y líder ecologista, están concebidos para convencer. Y convencen: a la mitad uno se convence de que realmente el cambio climático es el principal y más urgente problema de hoy en el mundo, incluso para los mexicanos.
La nueva historia, que estaba lista en 2016 pero debió ser reeditada tras la arremetida del factor Trump, ahonda en las deliberaciones para que el mundo entero, con la venia de la ONU, firmara el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Como buen guión conemaografico, aporta paulatinamente los datos justos para constituir la épica, después para identificar al enmigo y luego para generar el final feliz sin tener que forzarlo. Eso hasta que llega el enemigo mayor.
Atención: alerta de spoiler
Parece ser una realidad: el desarrollo interno de los países requiere inevitablemente pagar el precio de la contaminación. Sucedió con Londres e Inglaterra durante la era de la industralización; Sucede hoy con China, que para surtir al mundo de manufacturas de bajo coste –que los occidentales consumimos con entusiasmo– debe echar mano de la mas contaminante de todas las energías: el carbón. Y sucede también con India, que con justa razón criticó en su momento a los Estados Unidos por promover energías limpias luego de un siglo y medio construyendo su furuto a costa de abusos al entorno gepolítico y a la ecología mundial.
Bajo esa premisa surge el esquema básico, que apela a la más elemental lógica clásica a la hora de contar historias: 1, país quiere terminar con la energía contaminante y comenzar autilizar fuentes limpas; 2, país se opone; 3, país ofrece apoyo al país que se opone; 4, país que se opone acepta la ayuda y tdoos terminan felices; 5, llega el enemigo mayor, Donald Trump, y todos comprenden que el ciclo inicia de nuevo. La secuencia funciona y logra captar la atención de espectador, apuntalado por el uso preciso del elemento emocional y una propuesta de visión alternativa que salva al producto completo de ser acusado de unilateral.
La elección del personaje central, un orador de fuste que sabe muy bien qué decir y cómo decirlo en momento justo, se justifica: el profesor Al Gore parece ser lo suficentemente interesante como para sostener por sí mismo dos documenttales de casi dos horas de duración. La elección de otros rostros famosos y políticamemnte correctos –caso patente en la aparición del canadiense Justin Trudeau–, y la inevitable referencia a los atentados contra París, en donde el estadounidense Al Gore se muestra comprensivo al provenir de un pueblo que ha sufrido la misma tragedia, nos convencen de que estamos ante la presencia de hombres buenos en lucha inevitable contra los avatares del destino. Y eso engancha, porque se trata de una película y no de una tesis universitaria respecto de los mitos y verdades del cambio climático en el mundo.
Se trata, en suma, de un relato que funciona, que aporta dos o tres datos interesantes y fácilmente digeribles para la conversación de sobremesa –hay que insistir: hablamos de una historia para el cine y no de un Doctorado– y que pasea al vidente con habilidad por casi todo el espectro de emociones humanas. Se trata, en suma, de un aporte en el cine actual, y particularmente a los espectadores mexicanos que parecemos más interesados en autos que vuelan con de manera rápida y furiosa que en la reflexión. Un documental que plantea las preguntas precisas, que aparece en un momento geopolítico coyuntural y que, sin duda, dejará satisfecjhos a quienes desean ceder a las tentaciones del consumo masivo sin dejar de votar por el “Peje”.
Ficha técnica:
Título original: An Inconvenient Sequel: Truth to Power
Año: 2017
País: Estados Unidos
Directores: Bonni Cohen, Jon Shenk
Reparto: Documentary, Al Gore
Productora: Participant Media