Resultan chocantes por infantiles y fuera de lugar las preguntas y comentarios maliciosos en torno a que el Frente Ciudadano por México (FCM) se fragua con la bandera anti-Morena o anti-PRI. ¡Pues ni modo que no! Si contra ellos se pretende competir por los más 3 mil 400 cargos que estarán en juego en los comicios del próximo año. ¿Qué tiene de malo? Absolutamente nada.
Que hay ambiciones políticas atrás del frente; pues sólo un ingenuo pudo creer que no. Como las hay en el PRI y en Morena, que no tienen nada de extraordinarias, pues toda elección es en sí una disputa por el poder político.
Resulta aberrante escuchar y/o leer a quienes intentan desacreditar los esfuerzos frentistas de que es “anti natural” -así lo dicen- juntar a la izquierda con la derecha. Que el agua y en aceite lo se mezclan, también dicen.
Ya mucho se ha escrito en México y en todo el mundo sobre la falsedad y ordinariez de estás consideraciones; sin embargo, efecto de lo que estamos viviendo en México, alguien puede decir con certeza que el agarrón por la Presidencia de la República se trata de una lucha ideológica. ¿Dónde están las ideologías de los contendientes?
Lo que estamos viendo es un pragmatismo puro, a rienda suelta, en el que hasta el que se presume como impoluto (Andrés Manuel López Obrador) hace todo tipo de alianzas y recoge a cualquier personaje que le asegure mantener la percepción de que va a ganar en 2018.
¿O a poco creen los fieles seguidores de Andrés Manuel que es bien ‘naturalito’ traer de socios a Miguel Barbosa, Manuel Barttlet, Alfonso Romo y a los propios hijos de Manuel J. Clouthier? ¿A poco creen que les darán muchos votos entre la gente sin partido personajes como Pablo Gómez, Leonel Godoy, Carlos Sotelo y René Bejarano?
¿Les cae que es una cuestión ideológica? No, señores y señoras, todos van por los votos que les da Andrés Manuel López Obrador y que los hace proyectarse hacia algún cargo.
Como lo expusieron los promotores del naciente ‘Con AMLO unidos podemos’, grupo que pretende sumar a ex priistas, ex panistas, ex perredistas y empresarios a la causa del tabasqueño. Y puso de antemano cuota: quieren por lo menos 41 candidaturas para los suyos.
Por lo que hace a las críticas que vienen desde el sector panista identificado con el clan Felipe Calderón-Margarita Zavala, son de una ramplonería de risa, pues no son otra cosa que obuses directos contra su despreciado dirigente Ricardo Anaya, al que ven aprovechándose del frente para descarrilar la precandidatura de Margarita.
Y sobre el augurio de que perredistas, panistas y emeceistas seguirán juntos hasta que la candidatura presidencial los separe… pues resulta que si se ponen de acuerdo en el método, puede ser mucho menor el sufrimiento de lo que se cree. Pragmáticos como son los promotores del frente, no se van a complicar. Ya se verá.
Así que si por ahí creen que van a desprestigiar al Frente y sus convocantes, están en un error. Por el contrario, lo fortalecen.
Aquí se queda… ¡aquí entre nos!