Más le dedicó tiempo Andrés Manuel López Obrador a explicar -es un decir- y defender -es otro decir- la incorporación a Morena del ex recaudador foxista Lino Korrodi, que ofrecer una palabra de apoyo al diputado federal Fidel Calderón Torreblanca, sobre quien pesa una demanda penal por el presunto delito de peculado y se ha convertido en Michoacán en uno de sus operadores más visibles.
Así es: ni una mención mereció del tabasqueño el caso de su incondicional en apuros. ¿No quiere verse otra vez en aprietos como los tuvo con el escándalo de la desaforada veracruzana Eva Cadena? En Morena, sus fieles afirman que sí… Que no volverá a meter las manos al fuego por nadie, cuando de presunta corrupción se trate.
Más bien hay que creer que será selectivo. Y que en en este caso lo fue. Andrés Manuel es calculador: sabe que puede perder más apoyando o intentando rescatar la buena fama de Calderón Torreblanca, cuyo “liderazgo” en Michoacán no precisamente lo apantalla. Sabe que es menor. Ya hizo las consultas respectivas con otros de sus afines.
En fin. Y como las malas noticias nunca llegan solas, Fidel recibió este fin de semana otro duro golpe: los sorteos y tómbolas en que los morenistas sustentan su democracia nomás no le favorecieron: el dueño de la casa echó los dados y resultó que una mujer sea la que encabece la fórmula de sus candidatos en Michoacán al Senado de la República.
Por ahí, pues, parece que no se le hará a Fidel. Las otras candidaturas las determinará “el consenso”, o sea, el “dedito” de Andrés Manuel. ¡Chin! Nadie sabe para quién trabaja.
Así que el próximo expulsado de las filas perredistas ya mejor debe tomarse las cosas en serio y con seriedad preparar su defensa. Eso de victimizarse y salir con el rollo ese de que es un “perseguido político” por sus ideales y principios no le queda ni tantito.
Se oye tan falso como el ex secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid, el también ahora morenista Manuel Bartlett, quien después de 29 años llegó a la conclusión de que para cumplirle a sus jefes, si le hicieron fraude a Cuauhtémoc Cárdenas en los comicios de 1988.
Por supuesto su memoria se atasca y asegura que el no tuvo nada que ver. ¡Ah, chingá! Miren, a los que no lo saben porque no habían nacido o a los que ya se les olvidó, se les explica: además de Secretario de Gobernación, el señor Bartlett era presidente de la desaparecida Comisión Federal Electoral y fue el artífice de la histórica treta de la caída del sistema.
Así como lo oyen y se lee: el hoy furibundo pejista y destacado senador de izquierda -una obra más del “dedito” del Peje- fue operador principal del “fraude” a Cuauhtémoc Cárdenas en el 88.
Como correspondía, le pagaron muy bien: Carlos Salinas de Gortari -el beneficiario del fraude- lo nombró secretario de Educación y luego lo mandó a gobernar Puebla.
¡Ah, si! Empezamos diciendo que el ex foxista Korrodi ya es de Morena; si, el creador de la asociación Amigos de Fox; el gran recaudador del guanajuatense en la campaña del 2000; el de la multa de más de 500 millones de pesos…
Pero callados todos: ha dicho el Pejesías de Macuspana que esas manchas sí se borran. Y no se necesitan las aguas de los océanos. ¡Con una cubetita alcanza!
Aquí se queda… !aquí entre nos!