Antonio Rojas Ávila

Morelia, Michoacán.- En medio de una lluvia de encuestas de salida y conteos rápido con resultados completamente dispares, todos los candidatos a las gubernaturas del Estado de México, Coahuila y Nayarit se adjudican el triunfo, con “márgenes contundentes”, según sus propias palabras.

Sobra decir que esta situación es imposible, ya que sólo uno de ellos puede ganar en cada estado, pero ante ello la cuestión que queda floja a los ojos de la población es de dónde salen esos datos en los que se asientan los partidos y candidatos para asegurar sus triunfos, sin dejar espacio para la duda.

Encuestas de salida

Una encuesta de salida consiste en preguntar a los electores por quién votaron al salir de la casilla. Se elabora una muestra representativa a partir de estos resultados, generalmente de alrededor de mil votantes, y se extrapola para la población total de electores efectivos.

Así, estos instrumentos no son diferentes a las encuestas que se hacen antes de las elecciones, por lo cual tienen un margen de error considerable. De estar rigurosamente construidas, este margen de error estaría entre 2 y 3%. Sin embargo, la mayoría de las más de 30 compañías que trabajan en cada estado no están en condiciones de elaborar estudios de esta calidad.

Un problema de estos estudios es que supone que los electores digan la verdad sobre el voto emitido, cuestión que en elecciones controversiales puede no suceder y dañar completamente los resultados, como en las últimas elecciones de Estados Unidos, por ejemplo.

Conteo Rápido

Los conteos rápidos consisten en pasar por distintas casillas y recabar el resultado real del conteo de votos. A partir de estos resultados, se elabora una muestra estadística que se extrapola a la población total de casillas de votación.

Dependiendo de la calidad del diseño de la muestra, en el caso de los estudios de empresas serias (que son la minoría) que cumplen con la mínima calidad admisible,  deberían tener un margen de error de entre 1 y 2%.

La existencia del margen de error se mantiene debido a que también en este estudio se utilizan técnicas de muestreo estadístico, y esto les es inherente.

Empate técnico

El empate técnico surge cuando dos o más candidatos se encuentran en primer lugar, pero la diferencia entre ambos es igual o menor al margen de error del estudio, sea encuesta preliminar, encuesta de salida o conteo rápido.

En un empate técnico siempre un candidato muestra una ventaja sobre otro, y normalmente los partidos y candidatos lo utilizan para decir que tienen una “Ligera ventaja”. Esto es absolutamente falso, ya que lo que miden las encuestas son probabilidades, y el empate técnico lo que indica es que hay exactamente las mismas probabilidades de triunfo para cada uno de los candidatos que se encuentran empatados.

Por ende, es absolutamente irrelevante cuál candidato queda arriba de otro dentro de un empate técnico.

Esta situación implica que no hay forma de saber quién es el ganador de una elección hasta que el conteo oficial llegue a un punto donde la ventaja de un candidato sea matemáticamente irreversible, de forma aritmética, lo cual en las elecciones muy cerradas no sucede sino hasta prácticamente el conteo total de los votos.

Además, hay que tomar en cuenta que los votos impugnados, que se resuelven en los tribunales electorales, pueden revertir los resultados de una elección sumamente cerrada, aunque ya todos los demás votos hayan sido contabilizados.

Las casas encuestadoras suelen jugar con este margen de error cuando hay empate técnico, ya que se puede manipular los datos para poner como “ganador” (con “ventaja” dentro del margen de error) al candidato que prefiere el cliente que manda hacer el estudio, sin incurrir en falseamientos de los datos que violen las técnicas estadísticas de cálculo.

 


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