Ciudad de México.- Ante posibles conflictos bélicos entre algunos países, el embajador de Rusia en México, Eduard Malayán, asegura que su país está abierto al diálogo, pues “estos no son tiempos para guerras”.
De acuerdo con la publicación de Notimex, Malayán señaló: “Lo que necesitamos ahora es mantener una cabeza fría, abrir el diálogo y el entendimiento”, sostuvo en entrevista el diplomático tras reiterar que nada puede sustituir las normas internacionales.
“Creemos que sólo el lenguaje del respeto puede unir a la gente y es el camino para abrir las puertas de la consideración mutua y de entender qué sucede. Nosotros queremos establecer el diálogo y también queremos ser entendidos”, expuso.
Dijo que nada puede reemplazar las reglas y las leyes de las instancias internacionales ni a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “la verdad es que no podemos decir que es lo mejor, pero es todo lo que tenemos, por eso tenemos que ocupar todos estos caminos para consolidar el entendimiento común”.
Aunque reconoció que se viven tiempos difíciles, con obstáculos, contradicciones y confrontaciones, señaló que si se toma el camino de la guerra “todo será más complicado”.
Subrayó que las relaciones entre México y Rusia se encuentran en su mejor momento, mientras que con Estados Unidos “están en su peor nivel en muchos años”.
Pese a ello, aseguró que Rusia está lista para el diálogo y confió en que la Unión Americana realmente se comprometa al debate constructivo y significativo “porque las palabras no son suficientes”.
Eduard Malayán recordó que en la reciente reunión en Moscú del secretario norteamericano de Estado, Rex Tillerson, con en el presidente Vladimir Putin, y el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, “se tuvieron platicas útiles, pero eso no es suficiente; tenemos que esperar y ver qué pasa después”.
El embajador Malayán celebró una recepción con el tema “Historia de la Embajada de Rusia-Historia de una familia”, con la que a través de una exposición fotográfica rindió homenaje a los Gómez de Parada, última familia a la que perteneció el edificio que hoy alberga la representación diplomática de Rusia en México.