Morelia, Michoacán.- En 2016 la precipitación fue menor a la media histórica, esto no ayudó a que los cauces y cuencas naturales de Michoacán se recargaran por completo, provocando una disminución del 20 por ciento en algunos manantiales como los de Morelia y Queréndaro, informó Oswaldo Rodríguez Gutiérrez, delegado estatal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El funcionario federal puntualizó que dicha disminución es de considerarse, pero aún no presenta peligro para el abastecimiento de agua en la capital michoacana, ejemplo de ello es la presa de Cointzio, la cual se encuentra a un 77 por ciento de su capacidad, porcentaje adecuado para enfrentar la temporada de estiaje del 2017.
Rodríguez Gutiérrez precisó que el abasto de agua para Morelia está compuesto por la distribución de un 33 por ciento de agua bombeada del manantial de La Mintzita y otro 30 por ciento del agua de desfogue que es captada por un canal hacía la planta potabilizadora de Vista Bella del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Morelia (OOAPAS)
Precisó que el 37 por ciento restante es captado en los 110 pozos de agua que hay en Morelia que van desde una profundidad de los 100 metros, hasta los 350 metros de profundidad, pues cada año que pasa, el agua ha extraído de profundidades mayores, por la falta de recarga de los mantos acuíferos subterráneos.
Sobre la capacidad actual que tiene la presa de Cointzio, Oswaldo Rodríguez aseguró que la capacidad que mantiene la presa es aceptable y garantiza el abasto para los habitantes de Morelia y para el riego de los 2 mil 400 productores del campo del valle Queréndaro-Morelia.
Recordó que en 2016 la presa se mantuvo en está misma fecha en un volumen del 70 por ciento, y que el gasto de agua actual no afecta las reservas acuíferas durante la temporada de estiaje. El delegado de Conagua recalcó que la temporada de estiaje se mantendrá por dos meses y medio, pues para finales de mayo y durante junio se esperará que azoten las primeras tormentas a la capital michoacana; si bien especificó que el clima que se presenta es cíclico, y así como se han manifestado pocas lluvias, llegarán grandes precipitaciones.
El delegado de Conagua aseguró que el abastecimiento de agua estará garantizado durante esta temporada de estiaje que tendrá lugar de marzo y mayo y parte de junio. Descartó que durante 2017 se enfrente un año de sequía, pero sí una disminución considerable de la precipitación habitual, pues referenció que en 2016 la media de precipitación en la capital michoacana fue de 450 milímetros por hora, cifra que podría repetirse para este año.