Antonio Rojas Ávila / Redacción
Morelia, Michoacán.- Después de que, de manera sorpresiva, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en su convocatoria 2017 del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), negara a las maestrías y doctorados de las mejores universidades del país la posibilidad de becar a todos sus estudiantes aceptados, este viernes comunicó que se considerarán todas las solicitudes de beca realizadas por los programas de posgrado, incluyendo aquellas que habían sido rechazadas por el recorte financiero.
A través de su página de Facebook, el Conacyt aseveró que los recursos para todas las becas vigentes en todas las convocatorias está asegurado, explicando que en este momento se realizan “compensaciones” entre programas, y piden a los 2 mil 69 programas de posgrado del PNPC que vuelvan a postular aquellas solicitudes que inicialmente fueron rechazadas, argumentando:
“Caso no considerado dentro de las prioridades del programa”.
Al hambre, 7 mil estudiantes de maestría, doctorado y posdoctorado
Mientras tanto, la institución gubernamental presenta un importante desfase en su calendario de trámite de becas, lo que extiende el perjuicio de la inanición de los estudiantes aceptados en programas del PNPC y con solicitud de beca rechazada a todos aquellos que supuestamente sí recibirían el apoyo gubernamental y que desde inicios de marzo ya empezaron a realizar sus estudios sin poder efectuar ninguna actividad para su propio sustento y el de sus familias.
La primera fecha para la asignación de becas en el calendario de la convocatoria del PNPC del Conacyt fue el 14 de marzo, y lejos de haber “atendido” esas aproximadamente 7 mil solicitudes comprometidas para esa fecha, el Conacyt las mantiene en el estado de “preautorizadas” en la plataforma del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), con lo que ninguno de los aceptados en los programas del posgrado puede completar su trámite, para poder pasar sus solicitudes al estado de beca “Formalizada” y lograr desde entonces esperar 40 días naturales para la llegada del ansiado y elemental recurso.
Lejos de tener “atendidas”, como indica en su comunicado de ayer 24 de marzo, las solicitudes de nueva beca, al día de hoy el Conacyt tiene 11 días de retraso en su compromiso con los estudiantes de más alto nivel en México, manteniendo en vilo a 7 mil personas que tienen que recurrir a préstamos financieros y a la generosidad de sus parientes para poder sostenerse y mantener a sus núcleos familiares.
Universidades públicas alzaron su voz
La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo tomó la iniciativa de inmediato y envió el 6 de marzo una carta a Enrique Cabrero Mendoza, director del Conacyt, firmada por todos y cada uno de los coordinadores de sus programas de posgrado inscritos en el PNPC, llamando su atención sobre la situación de los alumnos que, al habérseles exigido durante su postulación la dedicación exclusiva y de tiempo completo a los estudios que exige el propio Conacyt, quedarían desahuciados al no otorgárseles el apoyo gubernamental.
Otras universidades públicas de primordial importancia a nivel nacional enviaron sendas comunicaciones al director general del Conacyt para protestar por la intempestiva medida y pedirle que se autorizara las solicitudes de beca de todos sus estudiantes aceptados, y no solamente al número al que se pretendía limitar este año con criterios prácticamente aleatorios.
En redes sociales el tema se hizo viral, pues la protestas estudiantiles tomaron las diversas formas que permite la era multimedia. Por ejemplo, el 13 de marzo estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit difundieron un video por Facebook exponiendo la situación de injusticia que viven muchos de sus compañeros.
La Universidad Veracruzana, por su parte, difundió una relación de solicitudes al Conacyt de 60 programas de calidad de diversas instituciones, que revelaba, por ejemplo, que en el caso de 6 programas, a partir de 133 postulaciones se les había otorgado 10 becas.
‘Sólo hay 100 inconformes’
La polémica llegó al clímax cuando el 21 de marzo el Conacyt ofreció una conferencia de prensa en donde afirmó que la información difundida por centenares de medios a nivel nacional era incorrecta, que “ningún programa se ha quedado sin becas”, que la dependencia gubernamental lleva “años realizando la misma estrategia”, que no se había realizado marcha alguna en el país protestando contra el recorte y que los becarios están “inquietos”, pero no “inconformes”, puesto que hay “sólo 100 casos de becarios que se quejan”.
“Hacer un posgrado es una moda”, expresaron inclusive los voceros de Conacyt.
La reacción de los jóvenes no se hizo esperar, y una campaña expresada con el hashtag #SomosMasDe100 multiplicó los reclamos contra la institución pública, que fue acogido por medios de comunicación locales y nacionales, que exhibieron la situación de centenares de rechazados en las principales universidades del país.
Nada seguro
El último comunicado oficial del Conacyt, a pesar de que habla del aseguramiento de “todas las becas vigentes”, no es conclusivo y se presta a la interpretación.
Al hablarse de la totalidad de las becas, se entiende que el Consejo se compromete a no dejar fuera del Programa a ningún estudiante que cumpla con todos los requisitos, como se ha hecho desde los inicios de la instauración del PNPC hasta el 2016.
Sin embargo, al haber insistido las autoridades del órgano en que no se cuenta con el presupuesto para cubrir la totalidad de las becas de nuevo ingreso, al no estar descartando expresamente el límite impuesto en la actual convocatoria, y al haber incurrido el Conacyt en una serie de falsedades de manera pública, no hay nada seguro para aquellos jóvenes, y los no tan jóvenes, que México supone como promesas del futuro del país.