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Alejandro Amado

Morelia, Michoacán.- La Constitución Mexicana le quedó a deber derechos trascendentales a las mujeres, pese a considerarse una de las más avanzadas de su tiempo. Y es que tuvieron que pasar 36 años para que en 1953 se reconociera el derecho de las mujeres a votar y ser votadas.

Desde la óptica masculina, que es desde donde se escribió la inmensa mayoría de la Historia de México, la Constitución fue pionera y referente para otras constituciones en el mundo. Sin embargo, la historiadora Verónica Oikión Solano cuenta que la propuesta de otorgar el voto a las mujeres arrancó las carcajadas de los constituyentes de 1917.

“Los constituyentes de Querétaro quedaron en deuda histórica con las mujeres mexicanas por décadas. De la negación a su demanda, que les correspondía por derecho propio, se conoce muy poco en la Historia mexicana, debido a que generalmente los discursos historiográficos han sido construidos desde una óptica masculina. Encontramos muchos episodios de las luchas de las mujeres a lo largo de la primera mitad del siglo XX en su afán de ser reconocidas como ciudadanas”, declaró la académica.

‘La política sigue dominada por los hombres’

La política estaba reservada a los hombres, subrayó le historiadora, quien además señaló que aún en pleno Siglo XXI la hegemonía masculina en los puestos políticos continúa. Así puede verse con las pocas mujeres en el gabinete presidencial, o la mayoría de hombres en los poderes Legislativo y Judicial.

“Se requiere entonces dar una vuelta de tuerca y explicar la historicidad de las mujeres en una perspectiva histórica global integrada por una multiplicidad de ideas, experiencias y significaciones, porque todavía carecemos de relatos que superen la invisibilidad de las mujeres en la política, que profundicen en su complejidad y que debata los diferentes mecanismos de poder que hacen del ámbito político un espacio masculino reacio a la incorporación de las mujeres.

“Esto tiene a su vez una explicación histórica al constatar que el silencio profundo sobre las visiones de las mujeres se encuentra precisamente en los relatos construidos históricamente por varones, con referencias específicas a lo público como sinónimo de masculino e inherente a los hombres, y en donde no hay espacio para que las mujeres intervengan y expliquen su actuación femenina, es decir, se les suprime y se les subordina sin ser conocidas como autoras de la Historia”, agregó la historiadora.

Todo esto en el marco de la conferencia “Las Mujeres Michoacanas y la Constitución de 1917”, organizada por la Comisión Especial Conmemorativa del Centenario de la Carta Magna.

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