Trump reforzado: aislacionista, proteccionista y fundamentalista
Vimos y escuchamos a un Donald Trump reforzado. Ya como presidente en funciones de Estados Unidos lanzó una advertencia para todo el mundo: la suya será una administración aislacionista, proteccionista, fundamentalista y bélica, incluso.
“Primero los Estados Unidos”, enfatizó hilando el discurso sobre el que construyó, primero su candidatura, y luego su triunfo electoral. “El poder vuelve a los estadounidenses”, dijo en su primer mensaje luego de jurar como el mandatario número 45 del vecino del norte. “Y desde ahora los triunfos y festejos de los políticos en Washington serán los triunfos de los ciudadanos estadounidenses”.
De ahí, a lo que todos esperábamos. No hubo sorpresas: “Hemos defendido otras fronteras, hemos cuidado otras naciones, hemos hecho ricos a otros países… Pero hemos olvidado a nuestros ciudadanos, a nuestros trabajadores y a nuestra clase… Ahora traeremos de vuelta nuestras empresas, traeremos de vuelta nuestros empleos y defenderemos nuestras fronteras”.
Esta es una nueva visión, insistió entre aplausos de cientos en el Capitolio: “Primero los Estados Unidos (…) para ser la luz del mundo que nunca el mundo ha visto antes”.
Luego, ataque directo al Islam. “Eliminaremos de la faz de la tierra el terrorismo islamico”. Y la amenaza bélica, ahora envuelta en un fundamentalismo religioso: “tenemos un ejercito que haremos mas fuerte y que nos protege… También nos protege Dios”.
Trump reforzado. No varió un ápice su discurso. No tenía por qué ser de otro modo.
¿Y México? Los mexicanos, gobierno y ciudadanos no podemos caer en su juego ni en su violencia. México, aquí sí como dijo Enrique Peña Nieto, debe poner sobre la mesa de las futuras negociaciones toda la relación bilateral. Y empezar a ver hacia otras partes del mundo. Tal vez no haya de otra.
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