Washington, EU.– Una marcha pro derechos civiles y una protesta de inmigrantes en una iglesia en el centro de Washington dieron ayer el pistoletazo de salida a una semana de movilizaciones contra el presidente electo Donald Trump, que culminará el próximo 21 de enero con la gran Marcha de las Mujeres en el centro de la capital.

“No justicia, no paz”, gritaban a pesar del frío y la lluvia miles de manifestantes que recorrían el National Mall hasta el monumento de Martin Luther King, el líder de los derechos civiles.

“No estamos aquí porque no tengamos nada más que hacer. Estamos aquí porque luchamos duro para asegurarnos de estar orgullosos de esta Administración y ahora no nos vamos a ir”, dijo el reverendo Al Sharpton.

“La justicia criminal y reforma de la policía deben avanzar”, añadió este activista afroamericano por los derechos civiles.

Charley Hames, presidente de la sección de Oakland (California) de la Red de Acción Nacional, advirtió que “esta marcha es la primera de muchas”.

“Luchamos juntos, no como gente de odio, sino como gente de esperanza”, aseguró Hames.

No muy lejos de ahí, cientos de inmigrantes se dieron cita en la Iglesia Metropolitana Episcopal Metodista Africana (AME) de Washington para protestar contra la llegada de Trump a la Casa Blanca.

“Aquí estamos y no nos vamos” es el nuevo grito de guerra de la comunidad hispana contra Trump, quien ha prometido deportaciones masivas y una política de mano dura contra la inmigración ilegal.

“Estamos unidos. En estos momentos la comunidad hispana, afroamericana, asiáticoamericana está aquí unida para luchar por sus derechos y para mandarle un mensaje a nuestro presidente electo Donald Trump y decirle que aquí estamos y vamos a seguir luchando unidos”, explicó Gustavo Torres, director ejecutivos de la organización hispana CASA.

‘El miedo moviliza a la comunidad’

Hay mucho miedo en la comunidad hispana ante lo que pueda pasar con millones de sus miembros cuando Trump llegue a la Casa Blanca.

“La gente está con muchísimo miedo, pero no está paralizada. Ya lo ves acá. Si tú le preguntas a la gente, te dicen yo tengo miedo pero no están paralizados, está listos para luchar. Ese miedo no nos ha paralizado. Ese miedo nos ha ayudado a movilizar a nuestra comunidad”, explicó Torres.

Jessica Ulloa, una joven estadounidense de 16 años, participó en la protesta. Sus padres son indocumentados y teme que Trump pueda deportarlos.

“Queremos que sepa que estamos aquí un montón de gente unida y que no queremos irnos. No queremos ese muro. Tenemos familias aquí. Están aquí porque quieren una mejor vida para sus niños”, explicó Ulloa.

“A Trump le diría: pare las deportaciones, no toques a los ‘soñadores’ (jóvenes indocumentados a los que Obama protegió y que Trump ha prometido deportar) y siéntate seriamente a tener una reforma de nuestro sistema de inmigración”, dijo a la salida de la iglesia el congresista demócrata Luis Gutiérrez, uno de los que más ha luchado por una reforma migratoria con vía a la ciudadanía.

“Tú que sabes mejor que nadie porque has utilizado la fuerza laboral de nuestra gente construyendo tus edificios, déjate de tus prejuicios y de tus odios y siéntate a debatir y a discutir. Si tu estás dispuesto a hacer eso. Yo estoy dispuesto a sentarme al otro lado de la mesa contigo”, dijo Gutiérrez.

Con información de agencias

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