Antonio Rojas Avila

Morelia, Michoacán.- El Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (Imco), a través del Índice de Competitividad Estatal (ICE), busca medir la capacidad de las entidades de la República para forjar, atraer y retener talento e inversiones. En la versión 2016 de esta medición científica, Michoacán aparece a la zaga, entre las cinco entidades menos competitivas de México.

La competitividad es la principal variable que incide en el ingreso de los empleadores y en la calidad y precio de los bienes y servicios que se ofrece a consumidores, además de en los salarios de los trabajadores, por lo que incide por doble vía en la capacidad real de compra de los ciudadanos de a pie, y por tanto en su bienestar.

El ICE está compuesto por 10 subíndices, que integran a 100 indicadores que tienen que ver con las capacidades comerciales, la ganancia que se obtiene de los productos exportados, la formalidad de los empleos, la producción de profesionales y técnicos competentes en el sistema educativo, la calidad y competencia de las empresas y muchos otros factores que caracterizan a los sistemas altamente productivos, que a su vez generan buenos niveles de vida.

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Los hallazgos del estudio muestran una realidad nacional muy diferenciada por regiones, al grado que se puede hablar de dos Méxicos: uno altamente competitivo, con empleos de calidad, mercados competitivos y grandes capacidades comerciales, principalmente gracias al desarrollo de su industria manufacturera, y un México pobre y subdesarrollado, con mínimos niveles de industrialización, alta informalidad en el empleo y carencia de infraestructura, dedicados principalmente a la producción de bajo valor agregado, como productos agrícolas no certificados y carne.

El México altamente competitivo está compuesto por entidades como Ciudad de México, Aguascalientes, Nuevo León, Colima, Querétaro y Sonora, que exportan autos, aviones, computadoras, televisores, electrodomésticos y muchos otros productos que requieren alta sofisticación en sus procesos productivos, para lo cual se apoyan en eficientes infraestructuras energéticas, en un mercado laboral con profesionales y técnicos altamente calificados y en mano de obra bien remunerada.

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Al México subdesarrollado lo conforman estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Veracruz y Tabasco, altamente dependientes del Gobierno Federal y la inversión gubernamental. Su actividad productiva se concentra en la exportación de frutas, carne o materias primas, con bajo nivel de utilidad debido a la falta de tecnificación agrícola y el sometimiento a tratados comerciales poco ventajosos para los productores locales. La industrialización en estas entidades federativas es mínima o nula debido a la carencia de infraestructuras elementales para la industria, como las de abastecimiento de energía o agua, y su mercado laboral no provee de trabajadores calificados debido a sus ínfimos niveles educativos.

¿Qué tiene que hacer Michoacán para mejorar?

El gobierno estatal actual realiza grandes esfuerzos e inversiones pata lograr la transformación de Michoacán y hacerlo competitivo con base en la elevación de la productividad. Un ejemplo muy positivo es el macroproyecto de renovación de todas las carreteras estatales y de las principales vías de comunicación terrestre de las principales urbes, que se encuentra en plena implementación.

En esta senda, de las recomendaciones que expresa el Imco en su informe podemos mencionar cinco puntos clave para ingresar a Michoacán en el México competitivo:

  • Es necesario construir la infraestructura que atraiga a las grandes inversiones, principalmente las redes de abastecimiento de energía, para que el estado elabore productos con alto valor de retorno.
  • Es imperativo que el sistema educativo estatal sea capaz de producir profesionales que respondan a los retos productivos de Michoacán, así como a los proyectos de largo y mediano plazo, con el fin de ocupar puestos directivos, así como mano de obra calificada que satisfaga la demanda laboral que la inversión privada requeriría en un proceso de desarrollo.. Para ello, el sistema educativo debe seleccionar a las personas aptas para que de cada carrera profesional o técnica emerjan los elementos especializados que se requieren, y no queden en el camino o se mantengan en el entorno universitario nada más para captar apoyos gubernamentales.
  • La única manera de convertir al estado en un destino atractivo para la inversión privada es asegurar las condiciones elementales de seguridad para sus operaciones, lo que implica que los grupos manifestantes no puedan saquear mercancías o destruir propiedad privada de las empresas con total impunidad, así como bloquear las vías de comunicación elevando los costos y pérdidas de las empresas.
  • El esfuerzo gubernamental para construir infraestructura para el funcionamiento de las empresas debe de ir de la mano con la inversión privada, pues la coordinación de en qué sectores industriales, o de actividad económica en general, invertirá el Estado, debe dirigirse hacia las potencialidades que el sector privado esté dispuesto a explotar. Además, en este sentido el Estado debe estar en condiciones de negociar los tratados comerciales favoreciendo estas áreas de interés, con el fin de maximizar los beneficios de los productores de sectores estratégicos.
  • Es clave el proceso de formalización tanto de pequeños productores como de empleados. En el caso de las micro y pequeñas empresas, es necesario constituirlas en asociaciones de productores para que en bloque se facilite la planeación e implementación de políticas públicas en su favor, y que estén en condiciones de negociar con sus intermediarios y sus distribuidores. Por medio de lo anterior, la formalización de los empleos es imperativa para poder asegurar las condiciones elementales de bienestar a los trabajadores michoacanos, que actualmente son pagados muy por debajo de la media nacional en sus respectivos sectores.

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El Índice de Competitividad muestra que los estados que han aplicado estos criterios en los últimos 35 años han elevado su producción y calidad de vida sostenidamente, convirtiéndose en los mejores lugares para vivir en nuestro país. El reto para Michoacán es combatir el rezago desde varios frentes, bajo el liderazgo del gobierno estatal, pero con el esfuerzo de todos los particulares, grupos e instituciones involucradas, para trazar un norte hacia el desarrollo económico que signifique una suma conjunta de voluntades hacia una misma dirección.

Más que los recursos, hace falta la estrategia.

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