Ciudad de México.- El gobierno mexicano expresó ayer su pesar por la muerte del líder cubano Fidel Castro, de quien dijo que era un “gran amigo de México”.

Sin embargo, las fraternas relaciones bilaterales establecidas en 1902 tuvieron dificultades un siglo más tarde, a raíz de la gestión presidencial de Vicente Fox, cuando sucedió el incidente con Castro del “comes y te vas”, para pasar finalmente al relanzamiento actual.

Los vínculos entre las dos naciones vivieron un momento clave tras el triunfo de la Revolución cubana en 1959, porque México fue el único país de América Latina que no rompió lazos diplomáticos con La Habana.

De México, precisamente, partió a bordo del yate Granma la expedición de revolucionarios encabezados por Fidel Castro que habrían de derrocar al régimen de Fulgencio Batista.

En México se fraguaron los planes y se establecieron amistades y alianzas que habrían de resultar fundamentales para el éxito de la lucha armada. El gobierno mexicano sabía de estas actividades y, al no interferir con ellas, les brindó un apoyo invaluable.

Pero los lazos se tensaron durante la presidencia de Vicente Fox (2000-2006), como quedó patente con el famoso incidente del “comes y te vas”.

Así se recuerda la petición que hizo en marzo de 2002 el entonces presidente mexicano a Fidel Castro para que acortara su visita a México durante una cumbre de la ONU para que no le complicara las cosas con el mandatario estadunidense, George W. Bush.

Fox le pidió a Castro en una conversación telefónica que asistiera a la cumbre, hiciera su presentación, acudiera a un almuerzo “y que terminado el evento y la participación, digamos, ya te regresaras”.

El líder cubano accedió a las peticiones, asistió a la cumbre y se fue. Ante las conjeturas que generó la intempestiva retirada de Castro, el gobierno mexicano aseguró que no le había presionado para que se marchara, pero días después el presidente cubano, ya en La Habana, difundió públicamente el contenido de la conversación.

Ese mismo año, y rompiendo con la tradición de abstenerse de censurar a Cuba en foros internacionales, México se adhirió a la postura de EU en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y votó en favor de una resolución para condenar las violaciones a los derechos humanos en la nación antillana.

Pese a una incipiente distensión en el sexenio del mandatario mexicano Felipe Calderón (2006-2012), el alejamiento se prolongó hasta que, en septiembre de 2014, Raúl Castro, a quien Fidel había cedido el poder en 2006, recibió al canciller mexicano José Antonio Meade.

A esa visita siguió la que hizo en octubre de 2015 la sucesora de Meade y actual canciller mexicana, Claudia Ruiz Massieu.

Finalmente, en noviembre de 2015 México y Cuba relanzaron sus relaciones con la firma de diversos acuerdos en materias clave, en un encuentro cargado de simbolismo por ser la primera visita de Estado de Raúl Castro al país.

“En el relanzamiento de esta relación bilateral, en el encuentro entre países hermanos, es que hemos refrendado el cariño, respeto y admiración que ambos pueblos se han brindado con el tiempo”, dijo el presidente de México, Enrique Peña Nieto, en un mensaje desde el Palacio de Gobierno del estado de Yucatán, en Mérida.

Milenio

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