Blanca Padilla
Morelia, Michoacán.- Falta menos para el día de muertos y la cuenta regresiva para los festejos en Michoacán ya se ve en las en las calles, en los vendedores de flores que ya preparan las cempasúchil y el quelite para aquellos que van a visitar a sus difuntos.
El panteón municipal ya se preparan para abrir las 6 puertas y recibir a todos aquellos que el 1 y 2 de noviembre recuerdan a los que alguna vez abrazaron.
Con 128 años en funcionamiento, la gente no pierde la tradición de ir a visitar las tumbas; adornarlas con flores, papel picado, velas y comida al gusto de aquellos que partieron antes.
El tema con la muerte estos días parece que no duele, porque más bien es una mofa y un festejo que inicia mucho antes de llegar noviembre; inicia con la gente yendo al panteón con coronas y fotos para decirle, al que tuvo que despedirse antes, lo mucho que los extrañan y también lo bien que les va.
Un laberinto de mármol y cruces
Recordar la gaveta dónde está Don Berna fue lo más complicado. Al entrar al panteón no teníamos noción si estaba a la derecha o la izquierda. Una llamada de consulta fue peor; no sabían que iba el panteón.
Hace 3 años que se fue y desde entonces no había decidido visitarlo. Por trabajo, y porque llegar al panteón municipal no era la cosa más sencilla. Sabía que tenía que pasar a verlo porque no quería irme sin decirle lo mucho se le extraña y lo poco que lo recuerdo.
Por los pasillos gente que caminaba con sus cubetas de agua. Algunos buscando un bote de basura para llevar los arreglos viejos que habían dejado algunos meses atrás. Hay que limpiar el zacate y lavar la lápida para adornarla nuevamente.
Como Don Berna reposan en gavetas más de 4 mil familiares y muchos más reposan bajo la tierra.
El jefe del departamento de panteones municipales, Carlos Raymundo Mena Díaz informa que en total son 34 mil 891 espacios a tierra los que tiene el lugar. En su mayoría están ocupados. También hay 5 mil espacios en gavetas murales de los cuales con un programa de recuperación hay 450 gavetas disponibles, por lo que en total hay 40 mil espacios en total en las 16 hectáreas del lugar.
Para recibir a los miles de michoacanos y morelianos, que como tradicionalmente visitarán a sus seres queridos, el panteón se prepara desde hace algunos meses. Buscar tener las áreas limpias. Da mantenimiento al alumbrado público de las calles del panteón y procura el orden.
Afuera del panteón los vendedores ambulantes tienen puestos o en el piso la flor de Cempasúchil, el quelite y las nubes. Los ramos van desde 50 pesos y los manojos desde 15 pesos flores. Con su carismático aroma, qué inunda las calles, las flores esperan ser colocadas en el altar del panteón, en la casa o como adorno.
Recorrer las calles del panteón para buscar la gaveta no es tarea de uno solo. Ya cientos caminan para saludar a los muertos. Algunos se hincan sobre la tumba y otros permanecen parados. No es como la visita de cada mes para dejarles flores. Es la visita con alegría para conmemorar el día de muertos.
Las risas de los pasillos son extrañas en un lugar, qué más de 360 días, permanece silencioso. Hoy comienza una gloriosa bienvenida a los muertos y una despedida sin luto.
La gente entra y sale del cementerio. Algunas tumbas parecen estar listas y otras lo estarán hasta el martes y miércoles. Los pasillos aún lucen algo vacíos pero el fervor de la tradición del culto a la muerte ya se respira y comienza a ser bienvenida.
La visita al panteón no es obligada Es para aquellos que quieren ver celebrar a sus difuntos y para aquellos que deciden no olvidar el espacio del reposo que algún día ocuparemos.
Hasta pronto Don Berna. No te deje flores, sólo pase a recordarte. Quiero mostrarte el camino a casa en donde, como cada año, te espera un altar junto a los otros abuelos.
