Chilpancingo, Guerrero.- La cadena de custodia de las evidencias del asesinato de Julio César Mondragón Fontes, normalista de Ayotzinapa, pudo haberse violado, dijo el fiscal de Guerrero, Javier Olea Peláez. La información fue publicada hoy por Milenio.

Durante una conferencia de prensa, Olea Peláez dijo tener elementos para sostener lo anterior, ya que a más de dos años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y el asesinato de Julio César no se encuentran la ropa de éste por lo que ya se han girado varios oficios.

Destacó que ya se ordenó la integración de una carpeta de investigación, así como una investigación administrativa para establecer si hubo dolo en la pérdida o desaparición de las prendas que utilizaba Mondragón Fontes al momento de ser asesinado.

Si derivado de las indagatorias se establece que hay alguna responsabilidad en algún colaborador de la Fiscalía General del Estado (FGE), destacó que será consignado ante las autoridades jurisdiccionales.

La cadena de custodia es el proceso por el cual las autoridades de investigación recolectan, preservan y estudian la evidencia en torno a un caso.

Según el Código Penal Federal, es un delito contra la administración de justicia el alterar, modificar, ocultar, destruir, perder o perturbar el lugar de los hechos o del hallazgo, indicios, evidencias, objetos, instrumentos o productos relacionados con un hecho delictivo o el procedimiento de cadena de custodia, con una pena de cuatro a diez años de prisión.

La Fiscalía de Guerrero, dirigida en ese entonces por Iñaky Blanco Cabrera, fue la encargada de investigar en un inicio los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, hasta el 4 de octubre de ese año, cuando la Procuraduría General de la República (PGR) atrajo el caso.

El actual fiscal comentó que ordenó a la Contraloría Interna de la FGE para establecer si hay alguna sanción administrativa para las personas que pudieron incurrir en dicha irregularidad.

Aclaró que el Servicio Médico Forense (Semefo) no depende de la FGE, pertenece a la Secretaría de Salud y eso limita en mucho la posibilidad de obtener la información que se requiere en algunos “asuntos delicados”.

El cadáver de Julio César Mondragón fue encontrado el 27 de septiembre de 2014 en las inmediaciones de Iguala sin la piel del rostro y el cráneo expuesto, luego de que sus compañeros fueran desaparecidos por autoridades municipales y presuntamente entregados para su ejecución a sicarios.

En un inicio se informó que se trató de tortura y desollamiento, sin embargo, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), las lesiones fueron causadas por “fauna depredadora”.

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