Alejandro Báez. 

La película, para que sea buena, debe cumplir su misión

  • Entrevista en exclusiva para Primera Plana Noticias con Adriana Fernández, crítica de cine
  • El FICM, el mejor del país
  • Para que una película sea buena, debe de cumplir un objetivo
  • México, sin industria cinematográfica real
  • Los cortometrajes, piedra angular del cine

La crítica y comentarista de cine Adriana Fernández, quien publica en el periódico Reforma de la ciudad de México, habló en exclusiva con Primera Plana Noticias sobre el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

Durante la charla salieron a relucir temas como el valor del FICM dentro del ámbito de los festivales de cine en México, el cómo hacer una buena crítica, el qué va a ver ella en este Festival y cuál es su percepción de Morelia, como sede de un Festival de este calibre.

La charla se llevó a cabo en el Portal Hidalgo, con vista a la catedral de la ciudad de la eterna cantera rosa.

Contundente, sin titubear, Adriana Fernández, quien es licenciada en Comunicación y también docente en la Universidad Anáhuac de la ciudad de México, reflexiona sobre el cine, tanto el que se presenta en Festivales como en cartelera comercial; tanto el nacional como el extranjero.

El Festival Internacional de Cine de Morelia

El Festival de Cine de Morelia es el número uno en México. Está por encima del de Guadalajara, Mazatlán, Los Cabos o el de la ciudad de México por el cuidado que se tiene en la programación de películas, así como en la selección oficial que compite por los premios.

Hay otros festivales que están despuntando como el de la Riviera Maya o en últimas fechas el de Los Cabos; pero, más allá de la buena calidad de las películas que se proyectan, Morelia es una ciudad fácil para un festival de cine. Se presta. Puedes caminar por todo el centro, el complejo cinematográfico queda a una cuadra del primer cuadro. Los organizadores tienen una logística muy buena pues los otros complejos cinematográficos están bien comunicados.

A mí, como crítica de cine, me gusta mucho venir a Morelia, a su Festival. De esta manera adelanto mucho de lo que tengo ver a lo largo del año; además me encuentro títulos que yo sé que van a estar nominados para el premio Óscar.

Definitivamente, el FICM es un festival excelente. Es mi favorito.

La crítica profesional de cine

Es cierto que la crítica de cine siempre es subjetiva. La pregunta es entonces, ¿cómo ser un crítico de cine profesional? Hay varios puntos en donde uno tiene que fijarse para valorar una cinta.

Uno de ellos es saber si la película cumplió su función. Es decir: si es comedia, que me haga reír; si es de terror, que me dé miedo; si es romántica, me hace ilusionarme. Eso es fundamental.

Hay una película mexicana en competencia que se llama Minezota (2016) de Carlos Enderle, que está llena de humor involuntario; es decir: es una película que no está hecha para reír y sin embargo, todo mundo se reía en el cine porque tiene cosas totalmente fantásticas y fuera de lugar. Para mí, este es un fallo de la película. Si esa no era tu intención como director, pues perdiste.

Otra elemento fundamental es la historia. La historia es lo más importante de una película. Si tienes una buena historia, armas el resto de la cinta; pero si no tienes historia, no importa tu reparto o tu producción o tu fotografía, no va a funcionar. Tu historia es el hilo conductor de la película. Y para que sea buena la historia debe de tener, por ejemplo, buenos diálogos; debe de ser una historia que exija. Aunque no todas las películas te deben de exigir pues también debe haber cintas que solo te entretengan; pero si te dejan pensando, es un buen extra.

También está el director como tal. El director es como el autor de la película. Es quien tiene los hilos de todo.

Hay películas en donde se nota muy claramente la mano del director, que siempre estuvo presente; y otras películas en donde el director como que deja hacer a los demás. Es la firma, es el toque. Hay películas que son como salidas de fábricas, pre armadas y se ven totalmente iguales. Por supuesto, al poco tiempo esas películas no las recuerdas. En cambio, hay otras que resisten el paso del tiempo; son los clásicos. Esto también es un punto interesante.

Crítica y comentario a algunas de las películas del FICM

¿Qué espero, como crítica de este festival? Ver muchas películas.

Una de las que me interesa, y que me gustó mucho, es una cinta de época de cómo se inicia la danza moderna. Se llama La danseuse (Francia, Bélgica, CZ, 2016), de Stéphanie Di Giusto. Es súper interesante porque te enseña cómo la danza evolucionó y se volvió moderna, alejándose del típico ballet clásico y habla de Loïe Fuller, quien es la persona que inicia esto junto a su protegida, Isadora Duncan.

Además, tenemos otra historia que se llama Elle (Francia, 2015) de Paul Verhoeven, quien es el director de Instinto básico, película con Michael Douglas y Sharon Stone. Es un director duro, violento, con una fuerte carga de sexualidad. Elle es una película buenísima, rara, diferente, violenta. Lo que es maravilloso es la gama tan interesantes de personajes que tiene. Tan completos y tan complejos. Estoy casi segura de esta cinta sonará para el Óscar a película extranjera.

Otra cinta, con una temática totalmente distinta a las anteriores, que se llama A monster calls (España, EUA, Reino Unido, 2016), de Juan Antonio Bayona, que utiliza la técnica de live action (mezclar animación con actores). Trata de un niño cuya madre está enferma y el pequeño establece una relación con un monstruo ficticio que le ayuda a sobrevivir, a pasar este tramo difícil de su vida y hacerlo madurar.

Muy buena película.

Tengo grandes expectativas. La cinta de Xavier Dolan, que ganó el Premio del Jurado en Cannes. Dolan es un cineasta interesante y su cinta se llama Juste la fin du monde (Canadá, Francia, 2016). Ha sido una película controvertida. Muchos críticos comentaron que no merecía el premio pero Dolan es un provocador y tan solo tiene 27 años de edad.
También está una de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne que se llama L’enfant (Bélgica, 2005) y otra que se llama Nocturnal animals (2016) que es de Tom Ford, quien era el diseñador de Gucci, y con esta, su segunda película, aborda un tema como oscuro, medio thriller.

También está la de Amat Escalante, La región salvaje (México, 2016), que está en competencia; otra en competencia, que se llama Pacífico (México, 2016), de Fernanda Romandía.

También veré la de Sully (Estados Unidos, 2016) de Clint Eastwood, que trata sobre Chesley Sullenberger, el piloto americano que amerizó en el río Hudson en 2009, salvándole la vida a 155 pasajeros.

Una cinta que me interesa mucho ver es The Birth of a Nation (2016), de Nate Parker. Esta película que ha estado en boca de todos y que trata sobre una rebelión de esclavos en los Estados Unidos en el año de 1831.

También voy a ver Manchester by the sea (2016), de Kenneth Lonergan. La película y el actor Affleck Casey suenan durísimo para el Óscar.

La industria del cine en México y los Festivales

La situación de la industria del cine en México es todo un tema. En México hay dos extremos en cuanto a la industria cinematográfica. Por una parte, hay un cine muy comercial, muy taquillero, que solo tiene cuatro estrellas básicas: Eugenio Derbez, Bárbara Mori, Martha Higareda y Karla Souza.

Son estrellas que salen de las telenovelas. Ellos cuatro, lo que hagan, generalmente pega en taquilla aunque no es un cine de calidad: es un cine de comedia medio barata pero, indiscutiblemente, un éxito comercial.

Por el otro lado está el cine muy festivalero que es el realizado por Carlos Reygadas, Amat Escalante, Michel Franco, por ejemplo. Y en medio no hay nada y eso es apabullante. O te vas por la comedia barata medio chafona pero taquillera o me voy por el discurso muy exquisito, muy de conocedor, muy de diletante y cinéfilo, muy de nicho. Esa es la gran desventaja. No puedes decir “Voy a ver una comedia de acción” o “Quiero ver una cinta de terror”.

Esto no es problema ni de este ni de ningún festival. El problema es que las películas que aquí se trasmiten son de festival y no llegan a cartelera comercial a menos que seas de los autores top como Escalante, como Reygadas o como Franco.

Pero hay otro punto. Si llegan a la cartelera, ¿cuánto recuperan de su inversión? Porque son películas difíciles. Y es que ese es el problema al final: el cine es un negocio. Yo sí creo que Cinépolis promueve mucho que haya otro tipo de contenidos cinematográficos porque tienen sus cines de salas de arte; hacen el Festival Internacional de Cine de Morelia; apoyan la sección de Ambulante para hacer documentales. Sí hay puerta para otro tipo de contenidos visuales y que no todo sea Harry Potter y las películas de Marvel. Sin embargo, todo es, al final, oferta y demanda. Tú como empresa, pones lo que a la gente le gusta.

Cortometrajes

Los cortometrajes, dentro de los Festivales y como productos cinematográficos, es un tema muy interesante.

Hay festivales de cortometrajes pero es un género complicado. Debemos contemplar al cortometraje como una plataforma para después hacer el largometraje. Es difícil que un cineasta se dedique solo a hacer cortometrajes.

Los cortometrajes deben ser considerados como la piedra de arranque para los realizadores.

Julio Bracho y la censura cinematográfica

Por la importancia que tiene, en el FICM se está homenajeando al director mexicano Julio Bracho. Es de lo más interesante.
Julio Bracho, en su época, durante el llamado Cine de Oro Nacional, fue uno de los directores más consentidos y mejor pagados de la industria nacional. Ganaba más que sus contemporáneos estadunidenses.

Él supo hacer, en su momento, películas de mucha calidad y, además, muy taquilleras. Tenemos por ejemplo la de ¡Ay, qué tiempos, señor Don Simón! (1941), con Joaquín Pardavé y que es chistosísima, divertidísima.

Más adelante en su carrera, hizo películas que sufrieron el castigo de permanecer enlatadas por años como por ejemplo La sombra del caudillo (1960). Esa película fue un fracaso para Julio, en el sentido de que no la pudieron exhibir y lo peor que te puede pasar como director es que tu película no se vea, se quede enlatada. Durante 30 años no se exhibió.

A mí me tocó ver los informes de la Secretaría de Gobernación de la época, cuando se hace la supervisión de la película diciendo “Esta película no se puede exhibir porque va en contra del Estado Mexicano”. Eso es censura. Durante muchos años, la hubo en el país pero actualmente ya no la hay, ahora lo que hay es la auto censura

Violencia y seguridad

La violencia que vive Michoacán en general y Morelia en particular es un tema circunstancial al Festival. Para mí, que vengo de la ciudad de México, es relativamente reciente, especialmente en el tema de las carreteas, donde los normalistas atacan camiones de línea. Claro que eso genera miedo.

Hace cosa de un mes (septiembre de 2016) compañías como ETN suspendieron sus corridas y estuve a punto de no venir al FICM. El plan original era llegar el sábado 22 de octubre en la tarde noche y, por temor, cambié mi plan para no viajar de noche en un camión y llegar mejor ese mismo día pero en la mañana. Estuvo mejor: al final aprovecho mucho el día. Pero lo que sí es una realidad es que el temor a la violencia me hizo cambiar mi plan original.

Ya estando aquí, en Morelia, yo me siento de lo más contenta. Camino por las calles del centro, por los portales, por los jardines muy tranquila. El tema es la llegada. Estando en Morelia me siento muy tranquila, muy segura, muy contenta de estar aquí.


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