Morelia, Michoacán | Editorial
En Primera Plana MX y La Poderosa, la labor informativa es sagrada y exige del mayor rigor periodístico, ético, profesional y equilibrado. Pero hoy, la difícil circunstancia y el dolor nos hacen, además, expresar nuestro más profundo sentir, indignación y rabia ante una terrible noticia.
Mauricio Solís, querido compañero y amigo, titular de nuestros noticieros radiofónicos, fue víctima de una cobarde y artera agresión a balazos que acabó de forma abrupta con su vida hace unas horas en la ciudad de Uruapan. En plena vía pública; en plena zona centro, poco después de concluir una entrevista.
Esos disparos no solamente apagaron su vida, sino también una voz que era nuestra voz y la de mucha gente que lo seguía en la radio y en las diferentes plataformas donde comunicaba, fiel a su relajado, cálido y ameno estilo, la información del día a día.
A su corta edad, se abrió paso aceleradamente con su personalidad y criterio en el mundo de las noticias. Un mundo cada vez más desafiante y peligroso, que hoy nos lastima fuertemente con un ataque tan doloroso como indignante, que cegó la vida de Mauricio a sus apenas 31 años, que cumplió el pasado 7 de mayo.
Este asesinato nos lacera, cala hondo y obliga a fijar una postura como empresa dedicada a la generación de contenidos informativos, para condenar enérgicamente este atroz crimen, atroz y cobarde, y exigir a las autoridades competentes una investigación a fondo y hasta sus últimas consecuencias, para llevar a los responsables ante la justicia.
No aceptaremos que Mauricio sea una estadística más de una ya larga lista de periodistas asesinados en México, y mucho menos que su caso quede impune como ocurre con la gran mayoría de estos graves homicidios.
Hoy levantamos la voz porque el nombre de Mauricio Solís retumbe fuerte y nos sacuda a todos como sociedad para no quedarnos callados ante la atrocidad de crímenes que merecen el más alto de los castigos y una condena colectiva, valiente y decidida.
Cuando silencian por siempre a un periodista, asesinan también el derecho de los ciudadanos a estar informados, a conocer la verdad de los hechos.
Y eso, en ninguna democracia debe ni puede tener cabida, a menos que nos resignemos a vivir sin el ejercicio de esos elementales derechos. A menos que nos resignemos a vivir con miedo y en silencio.
Por Mauricio, que en paz descanse.
Primera Plana MX y La Poderosa.