Morelia, Michoacán
Procedentes de más allá de las brumas, las ánimas nos visitan por única vez en el año, a la espera de un abrazo más, una reunión más, degustar otra vez los platillos favoritos, disfrutar las flores, alumbrando el camino a casa por las velas y veladoras encendidas por amorosas manos.
En la isla de Tecuena, el gran día es el 1 de noviembre cuando en las primeras horas los hogares reciben a sus niños e infantes que se quedaron dormidos, los angelitos.
Ofrendas en los camposantos y altares en las casas, las familias celebran la llegada de los más pequeños, en una mezcla de nostalgia y alegría.
Para la noche, toca el turno a los muertos adultos, los hermanos, los padres, los abuelos, los amigos, que regresan para convivir con sus deudos.
Los alimentos preferidos de los muertos adultos, sus bebidas predilectas, sus flores para alegrar sus pasos, las velas que alumbran su camino, las frutas que les permitirán recobrar las fuerzas tras un largo viaje, y, sobre todo, el amor y el cariño de sus seres queridos.
Y esta intimidad que huele a tradición y hogar de puertas abiertas ofrecen los habitantes de Tecuena a los paseantes, aquellos que buscan alejarse del bullicio de los grandes centros ceremoniales y las comunidades más concurridas.
“Queremos que vengan a visitarnos, aquí pueden acompañarnos en los panteones, en las casas, en las misas”, expuso el tesorero de Bienes Comunales de Tecuena, Higinio Morales.
Escasa es la infraestructura turística, pero grande el corazón de la más pequeña de las islas del lago, para albergar a los paseantes que también aguardarán el retorno temporal de las ánimas.
Antojitos mexicanos preparados en las cocinas de las familias, incluso la degustación de los platos ceremoniales de la temporada, podrán disfrutar los paseantes.
Asimismo, espacios para acampar y pasar la noche completa en la isla, rodeados por el misticismo de la Noche de Ánimas.
Para arribar a la isla de Tecuena es necesario abordar las lanchas en los muelles de Pátzcuaro, que pueden trasladar a los visitantes, previo acuerdo, a la hora que estos lo requiera, además de que también está la opción de la tirolesa que nace en Pátzcuaro y aterriza en Tecuena.
