Reportaje gráfico: ACG.

Por Asaid Castro y Gustavo Vega/ACG

Paola desapareció hace cinco meses. El dolor, la angustia, la desesperación y el miedo son cada vez más. “Yo lo único que quiero es que me la entreguen”, dice su madre que minutos antes gritó tanto y tan fuerte pidiendo justicia para su hija.

Cristián Paola Pérez Pérez, de 29 años, es también madre de tres pequeños. Era víctima de violencia, aunque nunca lo dijo, pero “sí andaba morada”.

La mamá de Paola, la señora Eugenia Perez Velázquez, ha sido activista desde meses antes de su desaparición, pero en esta ocasión, se sumó a las filas en la marcha por Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, realizada el pasado 30 de agosto, esperando encontrar respuestas sobre el paradero de su hija.

Agarraba con fuerzas la blanca cartulina en la que resaltaban las fotos de Paola; de ella sola o con sus hijos o paseando, sonriendo. El grito desde el fondo, gutural, fuerte, conteniendo la emoción y las lágrimas. “Tus hijos te esperan…. ya más de 4 meses sin saber de ti. Dios te cuide y te proteja donde quiera que te encuentres…”, rezan los oraciones en el papel. “Viva se la llevaron”.

Habría sido un 16 de marzo que Paola desapareció en Moroleón, Guanajuato, relató su madre; previo a este suceso, Eugenia había observado moretones en su piel, pues era víctima de violencia por parte de la familia de su ex pareja -padre de sus 3 hijos-, de quien sospecha mantiene oculta a su hija, pues no ha dado la cara o mostrado preocupación por el avance de la investigación desde la desaparición de Paola.

“Yo sí la veía morada, pero ella no me comentaba nada. Era una mujer muy fuerte… no, es una mujer muy fuerte”.

“Ni yo puedo estar tranquila porque él anda vigilándome, qué ando haciendo, viendo mis movimientos. Si no hubiera sido el, ya hubiera dado la cara por ella, preguntado”, compartió la desesperada madre sobre la ex pareja de su hija y la sospecha que tiene de que pudiera haber participado en en su desaparición.

En cuanto a los esfuerzos por encontrar a Paola, la madre compartió que han movilizado la búsqueda en diferentes localidades. Mencionó que en Celaya ha habido ciertos avances, mientras que las autoridades de Moroleón encubren a la expareja, sumado al miedo y la preocupación por la seguridad de la familia; además, han impedido que la madre se acerque a sus nietos, debido a la presencia sospechosa del padre de los niños.

“Yo no le deseo el mal a él por qué es el padre de mis nietos, pero que tenga un poco de consideración y ya nos la entregue”, pidió Eugenia a la expareja de su hija.

Eugenia hizo un llamado a la justicia y pidió que le devuelvan a Paola. Imploró que se considere la importancia de su hija como madre y miembro de una familia que la ama y extraña, así como una mujer michoacana, desaparecida en otro estado,por lo que consideró que hay una doble obligación de los gobiernos estatales de Michoacán y Guanajuato por encontrarla.

La historia de Cristián Paola Pérez Pérez refleja la angustia de muchas familias que afrontan situaciones similares, en las que la incertidumbre y el dolor se vuelven parte de su día a día; una historia de las más de 100 mil víctimas de desaparición que ha habido en México.

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