Luis Alberto Barrera Díaz B. / ACG

Morelia, Michoacán

Cuando Fidel Calderón arribó a la cerrada San Agustín, habilitada esta vez como escenario de mitin político, el sonido local ya había “macheteado” decenas de veces los spots con sus logros como diputado de la 4T.

Y cual candidato en campaña, disparaba apretones de manos y abrazos, casi con todos, en su andar hacia el templete donde se leía el hashtag #EsUnHecho

Ahí estaba ya Ernesto Núñez, diputado del PVEM, listo para declararle abiertamente su amor a la 4T, en el idilio que empiezan a formalizar rumbo al 2024.

“¡Que viva la Cuarta Transformación! Vamos con todo”, arengaba el expriista.

Foto: Adán García

Minutos antes, en un hotel cercano, Fidel calentaba sus frases. Hacía memoria de sus comienzos en la izquierda mexicana, primero desde las filas del PRD – al lado de Cárdenas -y después con Morena – aliado a Obrador-.

Destacaba la adicción del movimiento a las consultas populares, desde antes de constituirse en partido político, y de la pregunta que harán, fieles a eso, en enero próximo a los mexicanos para definir la permanencia del Ejército en las calles, haciendo tareas de seguridad.

No importa el hackeo a documentos confidenciales de las fuerzas armadas. La consulta va, amagaba el legislador que en 2014 buscó ser candidato a la gubernatura.

“Los hackeos se dan en todo el mundo y lo que evidencia el que se hizo al Ejército, es que el de López Obrador es un gobierno transparente, tan transparente que la información supuestamente secreta que han dado a conocer, ya no era tan secreta”, argumentaba.

Luis Alberto Barrera Díaz B. / ACG

Para él, los hackers extranjeros debieron salir gratis porque no han hecho revelaciones demoledoras. En su conjetura, ni los padecimientos cardíacos del presidente son ya nota.

Juan Pablo Celis, líder estatal de Morena, celebraba que hace exactamente 11 años Morena se constituía en asociación. Es el “2 de octubre no se olvida” en el ideario cuatroteísta.

Ya en la gestación del mitin, Fidel se topaba con viejos conocidos.

Llegaron, en su arropo, los diputados perredistas Víctor Manríquez, Guadalupe Díaz Chagolla y Fanny Arreola, militante del sol azteca pero parte de la Representación Parlamentaria, petistas como Reyes Galindo y morenistas como Julieta García Zepeda, recién estrenada presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, así como funcionarios afines a la 4T, unos, y a la alianza opositora, otros y también algunos alcaldes.

Luis Alberto Barrera Díaz B. / ACG

“No pierdan de vista que en todos los acuerdos (del primer año de la Legislatura) se tuvo que alcanzar el entendimiento, por lo menos, con otros 11 diputados de otras fuerzas políticas para poder llegar a los 200 acuerdos alcanzados”, remarcaba Calderón, saliente presidente de la Junta de Coordinación Política.

Entre esos acuerdos, recordó que se logró un concenso para la desincorporación del predio que albergará las oficinas del IMSS y el galardón que se concedió, aunque no se ha otorgado, a Andrés Manuel López Obrador, la condecoración Melchor Ocampo. Todo ello, celebró, con sólo 10 legisladores dentro del bloque de la 4T.

Destacaba también la “limpia” de aviadores en el Congreso y la aprobación de las leyes de ingresos o la designación “oportuna” de los alcaldes sustitutos de Penjamillo y Aguililla, el primero por desaparición y el segundo por asesinato de los ediles constitucionalmente electos.

“Los diputados no requieren más dinero. No puede haber gobierno rico y pueblo pobre”, macheteaba con esa última frase importada de la mañanera presidencial.

Foto: ACG

Y enumeraba también los ahorros de 42.3 millones logrados en el primer año y la restitución de recursos a Finanzas del gobierno estatal, por primera vez en muchos años.

Era ese, decía Calderón, otro “machetazo”.

“Pusimos un alto al despilfarro, le dimos un machetazo al despilfarro”, lanzaba en aquel callejón que fue este domingo la vitrina donde la foto y nombre del exsecretario de Gobierno decoraron esta vez el paisaje de cantera.

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