Morelia, Michoacán

Toño Ixtláhuac no oculta su fe, esa que lo hizo visitar la Basílica de Guadalupe tras el atentado a balazos que sufrió su hermano en mayo pasado. Esa que, confiesa, lo guía en la toma de decisiones como presidente municipal de Zitácuaro.

“Yo creo en Dios, soy un profundo creyente (…) La verdad es que no doy paso sin persignarme, sin hacer oración, sin encomendarme, porque son tiempos complejos, difíciles, que nos acechan a todos”, sostiene el político michoacano, quien gobierna por segunda vez esta ciudad limítrofe con el Estado de México y semillero del Grupo Atlacomulco en el PRI.

  • Después de tu primer gobierno muchas cosas pasaron, surgieron las autodefensas, el PRI pierde la gubernatura, Morena llega al poder, ¿cómo encontraste Zitácuaro?

Los retos son muy altos, como el tema de la inseguridad que es doloroso para todo el estado y para todo el país. En este tema hemos encontrado la voluntad del gobernador y hemos tenido importantes avances. Antes de que se aplicara el Fortapaz ya habíamos adquirido 15 patrullas, con lo que aumentamos a 50 el Estado de fuerza de patrullas funcionando; uniformes para policías, razers, scooters para entrar a zonas del centro de la ciudad. Es decir, no estamos esperando a que lleguen los recursos estatales para actuar.

Tenemos la primera Presidencia Municipal que es ambientalmente sustentable, con paneles solares. Hoy no pagamos energía porque todo el edificio de la presidencia tiene paneles solares. En materia de iluminación hemos cambiado casi 700 luminarias del centro histórico y estamos haciendo calles, infraestructura, apoyo a la educación.

  • ¿Cómo ha sido la relación con el gobernador, con el gobierno federal?

Siempre he dicho que hay que coincidir en lo fundamental y discrepar en lo irrelevante. Hoy como autoridades no nos resta más que poner toda nuestra voluntad porque, de lo contrario, estamos haciendo sufrir a nuestros pueblos con estas desavenencias que pueden existir entre autoridades por egos o situaciones partidistas. Nosotros estamos porque la política se sobreponga a la politiquería y a la contaminación electoral.

No me puedo quejar. Nos ha ido a visitar el presidente de la República, su esposa, nos ha visitado muchas veces el gobernador (…) Es una relación de altura, una relación que busca privilegiar el diálogo y lo importante será medir los resultados.

  • Y hablando de los vaivenes de la política, ¿cómo ves al PRI de cara a los retos que vienen, al 2024?

Cuando salí del PRI me declaré político independiente, pero le tengo mucho cariño. He jugado seis elecciones y en esas he ido acompañado del PRI. Le tengo un profundo respeto, ahí crecí, pero creo que el PRI pasa por un momento muy doloroso y complicado; el PRI se tiene que sobreponer de haber sido el partido más importante de México, el más grande de América Latina, a ser un partido que se ha reducido.

La salvaguarda del PRI debe estar, primero, en que le caiga el veinte del nuevo orden político. Cuando el PRI entienda esto creo que podrá encarar con mayor energía y con mayor sencillez con los ciudadanos, su trabajo ordinario, su trabajo diario.

  • ¿Al país cómo lo ves?, ¿te gusta el rumbo que ha tomado con López Obrador?

Desde el punto de vista de autoridad no es a lo mejor, lo más adecuado, poder plantear un comentario hacia el presidente de la República. Siempre he dicho que al presidente hay que apoyarle para tratar que las cosas caminen. El presidente tiene un estilo y tiene una forma de conducir el país, pero creo que hay asignaturas qué atender con mayor dedicación (…) Ha habido ciertos descuidos económicos donde pudo haber actuado de manera diferente, pero México puede tener un mejor destino.

  • Después del atentado contra tu hermano te vimos ir a visitar la Basílica, ¿se ocupa también un poco de fe para poder resolver los problemas?

Yo creo que mucho. Yo creo en Dios, soy un profundo creyente (…) La verdad es que no doy paso sin persignarme, sin hacer oración, sin encomendarme, porque son tiempos complejos, difíciles, que nos acechan a todos y esto nos pone en un esquema de vulnerabilidad de manera permanente.

No tengo más que encomendarme a Dios, que es la protección más importante y todos los días tomo decisiones basado en eso; evitar que como autoridad nos gane la ira, el odio, porque es muy fácil perderse en un cargo. He aprendido a no apasionarme con decisiones tomadas desde el ego, desde las tripas (…) Trato de estar muy conectado con Dios y sobre todo encomendarle el desempeño del gobierno.

Deja un comentario