Foto: ACG

Morelia, Michoacán / Humberto Castillo-ACG

“Estoy aquí para que se haga justicia”, declaró Diego R, testigo en el juicio por el asesinato de Jessica González Villaseñor, la joven docente de Morelia que perdió la vida el 21 de septiembre de 2020, caso mediático que consternó a miles de personas y generó decenas de protestas de colectivas feministas e integrantes de la familia de la víctima, quienes piden la pena máxima para el acusado, Diego Urik, de 20 años.

El joven testigo, también de nombre Diego, se presentó a declarar en la audiencia pública celebrada al sur de la ciudad este 9 de agosto. Vestido de negro, acompañado de su padre, quien tiene protección por cuestiones de seguridad, expuso que Diego Urik era infiel y en sus relaciones sexuales golpeaba y era agresivo con sus parejas, pero decía que a ellas les gustaba esa práctica.

También se refería en algunos casos a la chicas como “zorras” o “perras”, según el testigo, sobre todo cuando había fiestas, preguntaba: “¿va a haber zorritas?”.

Mientras el testigo declaraba, Diego Urik, lo observaba fijamente, se tocaba la oreja izquierda y luego el cuello se lo giraba de un lado a otro.

A casi dos años de los hechos, Diego R, acudió para ratificar lo que ya había dicho a la Fiscalía General del Estado (FGE) el 25 de septiembre de 2020, cuando fue llevado para ser interrogado en la Fiscalía de Desaparecidos, un interrogatorio que duró desde las 14:00 horas hasta la 1:00 del siguiente día. En esa ocasión, dijo, varios elementos de la FGE fueron a su domicilio para que declarara.

Esta vez, durante la audiencia, confirmó que observó cómo en un predio, cerca del Tecnológico de Monterrey, Campus Morelia, en la zona residencial de Altozano, el 21 de septiembre de 2020, Diego Urik llevaba en la cajuela de su coche, un Polo gris, el cuerpo de su víctima cubierto con una sábana azul, a quien solo le vio los tobillos, y que después lo dejó en un área alejada, mientras él permanecía cerca del auto en compañía de otro amigo de nombre Yair, ambos citados por Diego Urik. En dicho lugar donde acostumbraban reunirse.

No era nadie…

En el asiento trasero del coche, el testigo observó unos tacones negros de mujer y una bolsa femenina de mano, color beige, prendas que asumió eran de la víctima.

A decir, del testigo, le preguntó a su entonces amigo quién era la persona muerta, pero Diego Urik solo respondió:

“No la conoces, no era nadie.”

Minutos después, los tres jóvenes se marcharon a la casa de Diego Urik, en el fraccionamiento Bosque Monarca, para que se bañara. Recordó que su amigo se veía como si nada hubiera pasado y permanecía por minutos en su teléfono celular.

Foto: ACG

Momentos después, según su declaración, salieron de la casa de Diego Urik rumbo a un casino, donde el acusado de feminicidio jugó en las máquinas 200 pesos que había sacado de la bolsa que había en su cajuela.

Luego los tres jóvenes regresaron a la casa del hoy imputado y vieron un partido de futbol americano. Minutos después llegó una amiga de Diego Urik de nombre Jana, con quien mantenía relaciones sexuales y a quien maltrataba y posteriormente Diego R se retiró a su casa en un Uber junto con Jana. Según el testigo, esa noche no pudo dormir por el shock que había vivido. Tres días después fue llevado a declarar a la FGE.

Durante la audiencia de este martes, la FGE presentó diversas pruebas para que fueran reconocidas por el testigo. Entre ellas, una hacha de medio metro de longitud, usa sábana color azul, una bolsa de mujer, tacones negros y varias pertenencias presuntamente de Diego Urik: una playera de mangas marca Jordan, unos tenis negros Adidas y un pants deportivo, mismas que la defensa del imputado intentó a todo momento desestimar y al mismo tiempo contradecir las declaraciones del testigo.

Foto: ACG

El testigo describió la marca y color de los tenis del imputado y señaló que estaban manchados de lodo. Cuando los abogados de la FGE le mostraron los que habían guardado como elementos de prueba, los reconoció como del acusado; pero la defensa le cuestionó si realmente estaba seguro de que fueran los mismos, ya que hay muchos tenis del mismo modelo y color. Lo mismo se hizo con la sábana, la playera, el hacha y el pants.

En la misma audiencia, la primera en declarar poco después de las 9:00 horas fue la madre del imputado, Anaí Yael, quien dijo que fue hostigada para ser entrevistada en la Fiscalía “que está por Xangari” el 23 de septiembre de 2020, dos días después de la desaparición de Jessica. Destacó que tuvo que declarar al sentirse presionada y dio respuesta a varios señalamientos que para esta fecha ya no recordaba, pues en ese momento se sentía muy afectada por lo ocurrido. Afirmó que muchas de las fechas y momentos “los tiene revueltos”, pues desde septiembre de 2020 consume medicamentos.

Dijo haber sido presionada por la FGE para que les diera a conocer el paradero de su hijo debido a la presión social que tenía el caso de Jessica.

Foto: ACG

Durante la declaración, Diego Urik también veía a su mamá, pero su mirada era distinta a la que tenia con su amigo.

En su testimonio de casi dos horas, la mujer señaló que no conoció a Jessica Villaseñor, pero que su hijo le comentó ese día que saldría con una chica que vivía por el estadio y que iba a pasar por ella, pero ya no supo más, hasta que se enteró en redes sociales que lo estaban buscando como presunto responsable.

En el receso de la audiencia, el padre de Diego Urik se acercó para decirle: “te amo hijo”. El joven esposado fue retirado del recinto por dos policías, iba vestido de camiseta tipo polo color blanco, pantalón beige y tenis blancos.

Para la audiencia de este martes estaban citados a declarar cinco testigos, pero sólo se pudo tomar los testimonios de tres. Las audiencias continuarán el 11, 15 y 29 de agosto próximo.

Deja un comentario