Chihuahua
Sorpresa ha causado en los medios la noticia de que “el poderío” de José Noriel Portillo Gil, “El Chueco”, en la sierra Tarahumara de Chihuahua, llegara a tal grado que, incluso, controlara la venta clandestina de cerveza en las comunidades.
Así lo revelaron indagatorias de las autoridades en Chihuahua durante el operativo de búsqueda y captura de El Chueco, señalado como el asesino de dos sacerdotes jesuitas, un guía turístico y un joven de 22 años en el poblado de Cerocahui.
De acuerdo con estas investigaciones, El Chueco ocultaba la cerveza en inmuebles que utilizaba como bodegas en la comunidad de Bahuichivo.
Para garantizar el control de este mercado negro en la sierra Tarahumara, el grupo criminal de Noriel Portillo amedrentaba a los dueños de pequeños negocios diciéndoles que las cervezas estaban marcadas y hasta identificadas por números de serie, a fin de que sólo se vendiera la “suya”.
Como parte del despliegue de ejército, Guardia Nacional, Fiscalía y policía estatal, fue ubicada una bodega en la comunidad del municipio de Urique, en la que hallaron más de 2 mil charolas con cerveza.
Las indagatorias revelaron que El Chueco comenzó a vender clandestinamente cerveza marca Tecate en las comunidades de la sierra Tarahumara desde hace 2 años. Las latas las traía desde Navojoa, Sonora, y recorrían más de 250 kilómetros.
Para el fiscal General de Chihuahua, Roberto Fierro Duarte, el hecho de que El Chueco tuviera el control de la venta clandestina de cerveza demostraba el “poderío” que obtuvo este líder criminal, a partir de la impunidad que gozó durante años en la sierra Tarahumara.