Morelia, Michoacán

Vasco de Quiroga supo impulsar la fuerza productiva de las comunidades indígenas purépechas del siglo XVI. Los sacó de las minas y les propuso nuevas formas de producción: los oficios. El primer Obispo de Michoacán fue un humanista que reivindicó a los indígenas desde el trabajo, sin dejar de lado el importante adoctrinamiento cristiano, reflexionó el historiador Jorge Vázquez Piñón.

Luego de que el Vaticano elevara a venerable la figura de Vasco de Quiroga por sus obras y acciones en el siglo XVI en la Nueva España, concretamente en la provincia de Michoacán y que se encuentre a dos milagros de convertirse en santo, Primera Plana charló con el historiador Jorge Vázquez, quien destacó que el primer obispo de Michoacán fue un humanista por excelencia, postura filosófica que estaba vigente en España en el momento de la colonización de América.

Contextualizando la época en la que vivió Vasco de Quiroga, el también filósofo michoacano resaltó que el religioso se formó en la Universidad Salamanca, tuvo el talento político de formar parte de la Corte del rey Carlos V, quien lo envió a la Nueva España para ayudar con el adoctrinamiento de un pueblo, cuyas creencias religiosas (politeísmo) eran muy distintas a los peninsulares.

FOTO: ACG

Aludiendo a la corriente marxista de pensamiento, Jorge Vázquez definió al Humanismo como la expresión progresista de la burguesía ascendente, y al triunfar ésta, cambia la ideología revolucionaria por ideología reaccionaria. Caracteriza al Humanismo en tres condiciones: experiencia como fuente de conocimiento, confianza en la razón para obtener conocimientos verdaderos y la vida humana como ocasión de felicidad.

Dichas ideas formaban parte de Vasco de Quiroga, quien (de manera restringida y acotada a los cánones religiosos), la implantó en la Nueva España, territorio en el que era complicado cambiar la consciencia de un pueblo que habría sido exterminado espiritual y materialmente para la imposición de las estructuras políticas y de mentalidad española.

“Era una condición muy complicada tratar de cambiar a los indígenas; no se podía hacer gran cosa y desde el punto de vista de los indígenas pues tampoco, fue una situación complicada y pesada. ¡Fuerte y trágica! El encuentro de las dos culturas, ni unos ni otros entendían lo que estaba pasando y claro, la parte más pesada fue para los indígenas”, explicó Vázquez Piñón.

Justo en esa tensión del sincretismo cultural apareció Vasco de Quiroga y las órdenes religiosas para cambiar la consciencia colectiva y pasar de un sistema de creencias politeísta a adorar la figura cristiana, no sin que se llevaran a cabo verdaderos genocidios en diversas partes de la Nueva España.

“Según testimonios de la época, de frailes que lo conocieron, Vasco de Quiroga era un hombre de paciencia admirable y de actitud de amor al prójimo inquebrantable, así podríamos generar un perfil”, añadió el estudioso.

Por ello, desde el punto de vista histórico, destaca que Vasco de Quiroga se haya preocupado por enseñar artes y oficios a los indígenas y con ello lograr sacarlos del yugo de la minería y, por lo menos a una parte de la población, de la esclavitud, para ponerlos a trabajar el cobre, la orfebrería, la madera y demás artesanías.

Publican libro con material inédito sobre Vasco de Quiroga, primer obispo  de Michoacán - El Sol de Zacatecas

“Él impulsó la fuerza productiva de los indígenas, podríamos decir que en base a su alimentación no contaban con los hábitos de vida y concepción para un trabajo rudo. No había disposición física y mental para un trabajo esforzado y sostenido, no habían vivido así, y de ahí el éxito y aceptación de sus nuevas propuestas de producción”, aseveró el también pedagogo michoacano.

Como síntesis, Jorge Vázquez resaltó que la colonización en Michoacán duró casi 100 años por lo complicado que fue el cambio de conciencia social.

“Nadie cambia de un día para otro. La consciencia individual no cambia de la noche a la mañana, tiene su propia lógica y dialéctica porque son estructuras que se vuelven rígidas y no es nada fácil cambiarlas, esa es la lógica de la consciencia y lo vemos con el covid 19, las personas no han podido adoptar las nuevas medidas sanitarias, porque en su conciencia no cabe cuidarse como imposición. Lo mismo pasaba en aquella época, así son los procesos históricos”, reflexionó.

El proceso de canonización de Vasco de Quiroga avanza

El ex catedrático de la Facultad de Historia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) destacó que Vasco de Quiroga fundó el Colegio de San Nicolás en 1540 en Pátzcuaro y ello es evidencia de su pensamiento humanista, al ser un centro de estudios teológicos para formación de sacerdotes indígenas.

“Ahí se ve aquella voluntad de educar de acuerdo a los principios de la Iglesia y de la Teología y de la formación de predicadores del Evangelio de aquella época. Esa era la fuente exclusiva de la verdad, ahí está el aspecto humanístico: formar hombres que prediquen la verdad y enseñen a ser libres; ese es el mayor antecedente de cualquier institución de educación formadora”, concluyó.

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