Cuauhtémoc Castañeda – Morelia, Michoacán

La quietud de la noche se rompe al escucharse a lo lejos el rugido del poderoso motor de un auto deportivo que se desplaza a gran velocidad. Está a 7 kilómetros de distancia, pero como en una caja de resonancia, al entrar al túnel 1 del Ramal Camelinas, el más próximo a Plaza Altozano, se amplifica el zumbido.

Es un Porshe que regularmente baja a toda velocidad sobre el Ramal. Ya es fin de semana, son apenas las 11 de la noche y el bullicio del tráfico incesante en el acceso al Ramal desciende, pero empiezan las horas más peligrosas para transitar la vía.

Vecinos de la avenida Baltazar Echave señalan que el Ramal Camelinas “comienza a oler a muerte” cada vez que escuchan el rugir de los motores de automóviles que transitan en la madrugada la carretera del Ramal. “Vivimos temerosos, no hay autoridad que meta al orden a los conductores de esas unidades, esto se vuelve más peligroso los fines de semana”.

Las viviendas de esta gente se ubican en el área donde remata el túnel 2 del Ramal. Jefes y padres de familias llevan bien las cuentas y narran lo que acontece los fines de semana en esa vía. Contabilizan al menos 300 accidentes desde que se inauguró esta obra de alta ingeniería, el 16 de octubre de 2018, hace justamente dos años. Los números de los colonos reportan 18 percances graves, por lo que dicen que la vía se ha convertido en el “ramal de la muerte”.

“No habían pasado ni 12 horas de haber sido inaugurada la obra, cuando ocurrió el primer accidente”, cuenta un vecino, que apunta hacia la pared y reja de la universidad que se ubica cerca de la boca del túnel 2. Se observan las evidencias de los choques vehiculares.

Las evidencias de un peligro anunciado

Un poste de concreto luce derribado e invade un tramo de la banqueta, cerca de la boca de salida del túnel 2. Aún se ven los pedazos de un vehículo siniestrado. El escombro y basura que se apilan por montones invaden toda la vía; han pasado meses y ninguna área municipal se ha presentado a limpiar.

Narran habitantes de la avenida Baltazar Echave que apenas el pasado fin de semana se siguió de frente un vehículo, se subió al camellón, destruyó la guarnición y en su loca carrera derribó un árbol y se impactó contra otro. “Por esta situación estamos muy preocupados por la seguridad de nosotros y de nuestras familias”.

Los números de los vecinos no cuadran con los que reportan las notas periodísticas. “Los accidentes que han difundidos los medios de comunicación son apenas una tercera parte de los que realmente han ocurrido”. En sus libretas dan cuenta de 18 percances de gravedad, “sin contar donde los automovilistas han volado un fantasma, han raspado sus vehículos contra las láminas de contención, o han derrapado”.

Hace mes y medio, la volcadura de una camioneta cobró la vida de una joven mujer, “el accidente fue tan fuerte que a cuatro cuadras a la redonda se oyó el impacto; vinieron vecinos de calles adentro y en la base de la Ruta Negra de combis que está lejos de aquí oyeron el fuerte golpe, no eran ni las 9:30 de la noche”, dicen colonos que llevan años viviendo en la zona.

“En el vehículo volcado se podían ver esparcidos envases y latas de bebidas, algunas estaban sin abrir; desafortunadamente una joven no sobrevivió”, narran consternados quienes ayudaron en las maniobras de rescate.

Señalan que la imprudencia, el alcohol y la alta velocidad son los causantes de estos hechos, que no exime a las autoridades, porque la vigilancia es también su responsabilidad.

Reclamos de vecinos para frenar accidentes en el Ramal

  • Reforzar operativos de tránsito los fines de semana.
  • Presencia permanente de agentes de tránsito por toda la vía.
  • Topes inteligentes, sobre todo en el acceso y salida del túnel 2.
  • Limpieza a fondo, que deje la vía libre de basura y escombro.
  • Señalética y protecciones en la zona y restituir zonas dañadas.

¿Dónde está el Ayuntamiento?

Los vecinos plantean que si las autoridades municipales colocaran topes inteligentes como los que hay en la avenida Juan Pablo Segundo, se bajaría drásticamente la velocidad con la que circulan los vehículos, sobre todo en el túnel 2, donde han ocurrido la mayoría de los accidentes.

Reclaman falta de señalización al término del Ramal, en la desembocadura del túnel 2 con Baltazar Echave; “es una vuelta de 90 grados, muy cerrada, y los conductores imprudentes y alcoholizados, que recorren la vía a exceso de velocidad, se han seguido de frente impactándose contra el camellón”.

“La inconsciencia e imprudencia es la constante entre los automovilistas que circulan por la ruta; algunos viniendo de Camelinas se brincan el último tope y aceleran todavía más en el área habitada y llegan a pasar por aquí (avenida Baltazar Echave) a 80 y 90 kilómetros por hora, y para cuando entran al túnel van a 120 o 140, esto es todos los días y a todas horas”.

Dicen que otros, como los camiones troceros, bajan por esa ruta a las 03:00 de la madrugada, frenando con motor, y el estruendo es tal, que se escucha desde que ingresan al túnel 1. “Pareciera que todos se vuelven locos al circular por el Ramal; los camiones de volteo tampoco se quedan atrás, hacen sonar las trompetas de claxon al ingresar a los túneles. Hasta tenemos ubicados los vehículos que manejan a mayor velocidad”.

Vehículos en el ojo de vecinos; suben y bajan a carrera partida

  • 2 Porshe, uno amarillo y otro gris.
  • 1 Mercedes-Benz negro mate.
  • 2 Mini Coopers, uno negro y otro gris.
  • 1 Cupra blanco.
  • 1 Mustang azul.
  • 1 Polo azul, que “hace más escándalo de lo que avanza”.
  • 1Bora gris (Se accidentó en el lugar y quedó inservible).

Camiones pesados circulan a sus anchas

Antes de concluir la obra del Ramal Camelinas se pregonó que sería una vía por donde no circularían vehículos pesados, pero la ruta está llena de este tipo de unidades, lo que fue corroborado durante un recorrido por la zona. Uno de los vecinos refirió que un camión pesado se quedó sin frenos y terminó chocando con un vehículo estacionado que es de su propiedad.

Afortunadamente, dice, el impacto no fue grave y el seguro respondió, pero hoy reflexiona: “se imaginan un camión viejo, muy cargado y sin frenos, el desastre que puede provocar, vivimos en una bomba de tiempo, puede ocurrir un terrible desastre en cualquier momento”.

Por si fuera poco, las llamadas Ollas de concreto premezclado suben con regularidad por la vía, así lo constató Primera Plana, que al ir llenas, derraman parte del material sobre el camino e invade el acceso al túnel 2, entrando por la avenida Baltazar Echave, lo que se convierte en un peligro inminente de derrape que ya ha provocado accidentes.

Las autoridades no han exigido a las cementeras que asuman su responsabilidad y limpien el derrame de cemento y grava que dejan en la vía esas unidades, que ni siquiera deberían circular por ahí. Por ello, los afectados llaman enérgicamente a las autoridades estatales y municipales a que atiendan la problemática antes de que ocurran desgracias mayores.

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