Juan Antonio Magallán – Morelia, Michoacán

Tierra de nadie. En eso están convertidas las calles aledañas al Mercado Independencia de Morelia, de norte a sur y de oriente a poniente. El caos se vive todos los días. Puestos semifijos impiden la circulación peatonal segura, con automóviles estacionados en doble fila, mientras los peatones pasan de ladito para evitar ser rozados por los carros que circulan en la zona.

El desorden vial es un calvario de todos los días en la calle Andrés del Río, cruce con Lázaro Cárdenas, donde los comerciantes se apropiaron literalmente de la vialidad; al igual que en Vicente Santa María y Ana María Gallaga, tramo en el que se sitúa el Mercado Independencia en su lado poniente, y en la avenida Lázaro Cárdenas, entre Vicente Santa María y Morelos Sur, donde los comerciantes de todo se comieron en los dos frentes un pedazo de esas calles destinadas para el tránsito vehicular.

Estas estampas se viven todos los días: gente caminando en las banquetas invadidas de todo tipo de negocios, que autoriza el Ayuntamiento de Raúl Morón Orozco, se han adueñado de los espacios para el tránsito de los peatones;  andanzas de los transeúntes que son obstruidas por maniquíes en plena calle, todo a la luz de los inspectores del Ayuntamiento de Morelia y la nula presencia de elementos de Tránsito Municipal que, pareciera ser, únicamente se concentran en las calles colindantes a la Catedral de Morelia.

Y más allá, camionetas cargando y descargando mercancías, mientras un sol de mediodía apresura el andar de los consumidores. Las series navideñas y una lista interminable de artículos de temporada ya están a la venta. Los peatones pasan de ladito para evitar ser arrollados por los automóviles.

En un recorrido de fin de semana, sobra la esquina entre Lázaro Cárdenas y Andrés del Río, cuatro inspectores municipales observan un puesto de discos piratas, y la calle inundada de estructuras metálicas, mientras los consumidores se esmeran en busca de víveres.

En plena avenida Lázaro Cárdenas, las dobles filas de automóviles ofrecen una realidad de desorden; choferes en su lugar y luces intermitentes encendidas. Ningún agente de Tránsito Municipal para acelerar el paso.

En la banqueta sur del Mercado Independencia, la fórmula se repite: ropa, accesorios para el hogar, juguetes; se vive un mercado ambulante afuera del Independencia, y de nueva cuenta peatones transitando abajo de la banqueta. Papas fritas y chanclas en sus respectivos estantes al aire libre.

“¡Pásele güerito!”, gritan los comerciantes.

El recorrido sigue por la recién reinaugurada calle Vicente Santa María, y más dobles filas de puestos y vehículos. El circuito se conecta con la calle Ana María Gallaga, con más estantes improvisados y más peatones deambulando por las calles, algunos con carriolas para bebés.

Se calcula que en las vías públicas de la capital michoacana existen más de 3 mil puestos ambulantes, fijos y semifijos, que son “tolerados”, según se estipula en el Reglamento para las Centrales de Abasto, Mercados Públicos Municipales, Plazas Comerciales y Comercio en la Vía Pública, del Ayuntamiento de Morelia.

Esta actividad se ha convertido para los comerciantes en la forma de obtener el sustento. Así ha sido la costumbre, pero el nuevo Gobierno Municipal que prometió mejorar la imagen urbana y regular desde las profundidades esta forma de vendimia, ignora sus promesas.

La Dirección de Mercados del Ayuntamiento tiene en sus números que se instalan 175 comerciantes en la banqueta sur del mercado Independencia, pues son tolerados durante las ventas decembrinas; sin embargo, el escenario se vive los 12 meses del año.

La ley, sólo para unos… para otros, ¡cuello!

En medio del desorden cómplice de la vendimia, de poniente a oriente y de norte a sur en el Mercado Independencia, las políticas públicas del gobierno de Raúl Morón Orozco aplicaron a rajatabla el reglamento y retiraron anclajes de comercios de espacios gastronómicos en la avenida Acueducto.

Representantes de cámaras empresariales han pedido al alcalde Raúl Morón que la ley se aplique pareja, pues por un lado a comercios establecidos que pagan impuestos les tumbaron todo el equipamiento para la venta de alimentos del exterior y, por otro, se permite a los vendedores “semifijos” (ambulantes) operar sobre calles y banquetas creando un caos en otras zonas de Morelia de por sí ya convulsionadas por el tráfico atroz en las horas pico, sobre todo en las inmediaciones del Mercado Independencia. ¿Dónde está la prometida transformación?

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