Foto: ACG

Morelia, Michoacán.- Los tambores arrancaron a las 8:05 de la noche. Rojo, morado y uno que otro fuego artificial se vomitaba contra la gravedad.

Arrancó la iluminación de la Catedral de Morelia y una síntesis de su historia suena en las bocinas, un extraño habla sobre los elementos arquitectónicos de la majestuoso obra, muchos oyen, pocos escuchan. Su historia pasa sin pena ni gloria, mientras una mujer de la tercera edad sonríe en los portales morelianos, claro con su cerveza en mano.

La mitad de los asistentes graban con su teléfono celular, mientras se explica la importancia del órgano de la Catedral.

Las luces siguen, fuegos amarillas y cromatismos dibujan el cielo moreliano.

Hay cambio en la música, resuena una especie de son tradicional y hay mas fuegos.

“Ya casi no tiene batería “, le grita un infante a su madre, mientras graba con la cámara de su teléfono inteligente.

La musica calla, no hay mas cohetes, ni música, ni luz. El espectáculo acabó.

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