Morelia, Michoacán.- Alrededor de la Plaza Villalongín morelianos han montado altares y tapetes en honor a los muertos, y además dando vida humana al jardín deambulan 20 catrinas y catrines de carne y hueso, alrededor de la fuente.
La Plaza luce un escenario multicolor, y pronto cientos de veladoras serán encendidas para dar vida a la Noche de Muertos, con lo que los cientos de turistas circundantes se deleitarán con la singular belleza de las calles de cantera morelianas y sus monumentos.
Turistas extranjeros quedan encantados con los maquillajes de las catrinas y catrines, que son solicitados para foto de postal y miles de selfies.
A unas horas de que el Centro Histórico de esta colonial capital rinda tributo a los muertos, todos los entusiastas que acuden a este lugar van siendo transportados al pasado, sin tiempo, donde nace la tradición michoacana que encanta hasta al más escéptico.
Los participantes de todas las edades con entusiasmo realizan sus altares y tapetes, sin importar las altas temperaturas, para recibir con los brazos abiertos a los visitantes, vivos y muertos, y demostrar que Michoacán es el rostro de las tradiciones.
